Varapalo sin paliativos en Badalona. El Baskonia dijo su adiós de forma prematura a la Copa después de una segunda mitad fatídica que evaporó por completo la ilusión baskonista. Pese a comenzar la contienda ante la Penya con una superioridad de hasta 13 puntos, el conjunto vitoriano no estuvo a la altura de lo que exigía un enfrentamiento de tal envergadura y se vino abajo tras una reacción de gran mérito por parte del cuadro catalán.
Los terribles diez minutos del tercer cuarto fueron decisivos para que el Baskonia sufriese en sus carnes su enésima decepción copera. El mismo desenlace de las últimas ediciones aunque, en esta ocasión, es cierto que llegó de forma sorprendente dadas las expectativas depositadas en los hombres de Peñarroya.
La Penya regresó del descanso con varias revoluciones más que un gélido y cariacontecido Baskonia. Y esa diferencia de ritmo se evidenció a los pocos segundos de comenzar el tercer cuarto. Los de Durán superaron al conjunto vitoriano en todas y cada una de las facetas del juego. Comenzando por unos evidentes problemas para generar jugadas y pasando por una preocupante pasividad para adueñarse de los rebotes, los hombres de Peñarroya estuvieron lejos de ofrecer una actuación solvente sobre el parqué del Olímpic.
Además, varias de las piezas clave del engranaje baskonista estuvieron irreconocibles. El Baskonia colapsó en ataque tras el bloqueo mental de Thompson y, después, Howard mostró una versión irreconocible cargándose de faltas tras una errática gestión en este apartado y siendo eliminado en el minuto 32. Los dos exteriores que tanto han brillado durante esta temporada se mostraron irreconocibles en una de las grandes citas del curso.
SIN LIDERAZGO
Y es que los ataques acometidos por el Baskonia, especialmente en el tercer cuarto, fueron de un carácter anárquico. Sin liderazgo en la dirección de juego y con un inexistente juego interior, el poderío ofensivo de los gasteiztarras se limitó al acierto en el tiro libre. De 15 puntos anotados en el tercer cuarto, diez fueron desde los 4,60 metros.
Otra clave de la estrepitosa derrota ante el anfitrión tuvo lugar en el rebote. El Joventut se vino arriba tras adueñarse continuamente de todos los rechaces del aro y ese impulso anímico hizo mella en un Baskonia que se vino abajo de un soplido. La Penya capturó 11 rebotes en el tercer cuarto –seis defensivos y cinco ofensivos– mientras que el Baskonia tan solo pudo hacerse con cuatro, todos en defensa. El conjunto catalán no dejó de propinar embistes al Baskonia, lastrado por un rigor endeble.
Así pues, el equipo alavés regresa de una nueva edición de Copa con el mismo sabor amargo que en las ediciones más recientes. Tomic, Parra y compañía tuvieron su noche soñada, pero la puesta en escena del Baskonia tras el descanso no estuvo a la altura de la exigencia en un enfrentamiento a vida o muerte.