¿Qué es la convivencia y qué implica esa palabra para los jóvenes vascos de hoy en día? Es la premisa desde la que parte el proyecto Juventud, Convivencia, Futuro impulsado por el Gobierno vasco, que ha facilitado que las personas jóvenes “sean protagonistas de una reflexión y un debate libre y abierto sobre la convivencia en clave de futuro”.
El programa desarrollado desde 2022, en el que han participado una decena de jóvenes, que han entrevistado a su vez a 15 líderes de diferentes sectores, y con una encuesta poblacional sobre la convivencia de por medio, ha puesto sobre la mesa que los veinteañeros de hoy en día ponen el foco en “la diversidad inherente a nuestra sociedad” cuando se les pregunta sobre las implicaciones de la convivencia. Y es que son “mucho más conscientes de las desigualdades”, aunque eso sí, “sin obviar la diversidad política”.
El Plan Udaberri 2024 de Convivencia, Derechos Humanos y Diversidad ha tenido como objetivo definir sus propias bases sobre cómo la juventud actual entiende la convivencia en Euskadi, “sin los sesgos de las personas adultas”.
La iniciativa, que ha contado con el apoyo de la Universidad de Deusto, la Viceconsejería de Derechos Humanos, Memoria y Cooperación, ha combinado técnicas de investigación participativas y entrevistas con organizaciones, entidades y agentes relevantes del mundo de la juventud. El proceso ha estado guiado, dinamizado y sistematizado por un grupo conformado por una decena de jóvenes y un núcleo más “técnico” de la Universidad de Deusto, con la participación del EGK – Consejo de la Juventud de Euskadi y de Baketik.
Un proyecto cuyas conclusiones han sido ahora recogidas en un libro con el mismo nombre que han presentado hoy en la Universidad de Deusto. Un acto al que han acudido la consejera Nerea Melgosa junto a los autores del estudio Félix Arrieta, profesor y vicedecano de relaciones internacionales de la Universidad de Deusto, y Maider Maraña, directora de Baketik, quienes lideraron el proceso Juventud, Convivencia, Futuro. En el libro también han participado Sergio Campo Lladó, Eider Landaberea y Ainhoa Gomez Izagirre del Consejo de la Juventud de Euskadi.
Evolución generacional
Así las cosas, la conclusión más clara del estudio, según apunta Maraña es que “la juventud de hoy tiene una opinión sobre la convivencia que es algo diversa de la que podíamos tener hace 20 años”. Y es que según sostiene, “ellos están más centrados en que la constitución de la convivencia pasa más por la diversidad de todo tipo. No solo la política, que es la que marcaba nuestra generación, por el conflicto político; estos jóvenes se identifican con el respeto y participación a través de las identidades diversas que componen la sociedad”.
Sin embargo, no se sienten ajenos al conflicto, ya que apuntan que “aún no estamos en una situación de paz total”. Además, insisten en que “ tienen interés por lo que pasó, y participar más en la construcción de la memoria”. Una conclusión que pone de manifiesto asimismo que la afirmación de que la juventud “es pasiva y no está involucrada” es un mito, o un cliché. Ya que la encuesta poblacional llevada a cabo en 2022 muestra que “no tienen menos interés en política que los adultos”.
Y, ¿cuáles han sido los frutos de este proyecto? Como apunta Maraña: “Se ha concluido que los jóvenes se enfrentan a nuevos problemas; la sociedad no para de cambiar, y la juventud tiene otra forma de ser, de estar y relacionarse. Por lo que este estudio podría orientar políticas futuras”.
Construir el futuro
“Juventud, Convivencia, Futuro ha sido una de las perlas de la legislatura”, ha señalado la consejera en funciones de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales. Y es que “partíamos de una constatación y una intuición. La constatación: socialmente pareciera que sobre la convivencia solo podían/podíamos tener voz autorizada las personas de aquellas generaciones que vivimos en primera persona la sinrazón del terrorismo y la violencia política en Euskadi. Y la intuición: la voz y la mirada de los jóvenes nos iban a ampliar el concepto de convivencia. Un concepto, en la tercera década del siglo XXI, llamado a ir más allá de los estrictos límites heredados del conflicto político”.
Así, ahora, tras ver los resultados de la iniciativa, la consejera ha puesto el acento en que “tenemos un reto”. “No se trataba de un ejercicio teórico-práctico y kitto. Se trata de ampliar la mirada y el horizonte y de trasladar los principios de ese horizonte ampliado a nuestro modelo de convivencia. Un modelo intergeneracional y compartido en el que la voz y la mirada de la juventud brillen con luz propia””, ha zanjado.