Como todos los años, la ruta de los belenes que presenta Luis Ibáñez es una tradición por estas fechas. En Durango no se entenderían estas fiestas sin las recreaciones del artista. Será mañana jueves a las cinco de la tarde cuando el durangarra recorra con los vecinos que estén interesados, sus once nacimientos que se ubican en diez puntos de la localidad. El nacimiento del Guggenheim, El Belén de Durango, Navidades nevadas, La Huida a Egipto o un libro convertido en belén, serán algunas de los trabajos que durante varias semanas están expuestos en comercios y edificios municipales. Ibáñez intentará mañana jueves explicar las peculiaridades de cada una de sus creaciones navideñas, así como responder a las preguntas de los asistentes.
La excursión partirá desde el Hogar del Jubilado a las cinco de la tarde. En este punto, el durangarra ha instalado dos de sus once propuestas y desde este punto se irán recorriendo el resto belenes. “Después de ver que todos los belenes están instalado, ahora es el momento en el que disfruto de mi trabajo. Las semanas previas suelen ser muy ajetreadas, supone ir uno a uno poniéndolos con el esfuerzo y tiempo que supone”, confiesa. El recorrido finalizará en el Gran Hotel de Durango, donde, por primer vez, reposa de una de sus creaciones. “Allí he puesto el Belén de Urkiola. La razón es que como por este sitio pasa mucha gente que suele ir de visita, me parece el nacimiento más adecuado y turístico”, señala el artista.
Para 2023
Ibáñez no descansa en ningún momento del año, aunque sus belenes sean protagonistas durante solo cuatro semanas. Sus creaciones comienzan a coger forma en verano, pero antes, desde enero, su cabeza empieza a pensar sobre posibles ubicaciones de Durangaldea que se convertirán en próximos nacimientos. El pórtico de Santa María, la plaza de Santa Ana, el ayuntamiento de Durango, Kurutziaga, la ermita de Madalena con caseríos del barrio iurretarra de Oromiño o el balcón de las tres cruces de Urkiola han sido protagonistas durante muchas navidades.
Ahora se encuentra pensando en su próximo nacimiento para 2023. Aunque todavía es pronto, toda hace indicar que volverá a sus orígenes, es decir, dentro de doce meses el pesebre se instalará en algún otro punto de la comarca que servirá de escenario para el nacimiento. “Este año no he podido hacer ninguno de la zona ya que me encargaron un belén tradicional para exponer en el Museo de Pasos de Bilbao”, explica. Una creación que está expuesta en la calle Iturribide y que concursa para obtener un galardón en el prestigioso Concurso de Belenes de Bizkaia. Un palmarés que no se conocerá hasta finales de enero. “Ahora ando plasmando ideas y de momento solo puedo decir que mi siguiente creación volverá a la comarca”, sonríe el belenista cuando se le pregunta por el recreación que será la protagonista el próximo año.