Cultura

Del verso a la amistad y viceversa

Cita con la Poesía reúne este viernes en la Casa de Cultura Ignacio Aldecoa a Blanca Sarasua y Julián Borao García
Blanca Sarasua.

Volverá con el primer mes del nuevo año, pero al veterano programa Cita con la Poesía le toca despedirse de 2022 este mismo viernes. Lo hará de la mano de dos voces, apunta ella, diferentes, “como tiene que ser”; de dos personas que, ante todo, comparten “una gran” amistad, como señala él. Blanca Sarasua y Julián Borao García centran el protagonismo en esta ocasión de un encuentro que, como siempre, se producirá en la Casa de Cultura Ignacio Aldecoa.

Julián Borao García. | FOTO: CEDIDA

Será a las 19.00 horas –con el acceso gratuito hasta completar el aforo– cuando ambos acudan a la llamada del ciclo coordinado por Ángela Serna para compartir sus últimas creaciones. En el caso de Sarasua, este mismo año se ha publicado No estoy de acuerdo. En lo que respecta a Borao, se está a la espera de que en breve Notas a pie de página tome el relevo de Hasta aquí hemos llegado, que se empezó a encontrar con los lectores en 2019.

Será la oportunidad de reencontrarse con “una mujer honesta, que es algo muy importante en estos tiempos”, como dice Borao. “Blanca es una librepensadora con una clara visión de la vida y de lo que quiere. Como poeta es una de las mejores que hay en la actualidad y no solo en el País Vasco. Es un personaje esencial que escribe con una frescura y con una sencillez increíbles. Tiene espontaneidad, ironía, originalidad…”. También, por supuesto, será el momento de él, de un escritor que “tiene una poesía muy cercana y sincera. Siempre tiene unas imágenes muy bien pensadas”, describe Sarasua.

Para el público

Borao, impulsor además de iniciativas como las Noches Poéticas de Bilbao junto al fallecido escritor Óscar Alberdi, describe que la única intención tanto de este recital como de otros actos de cara a terceros pasa por “vivir un rato agradable en torno a la poesía; además, yo personalmente me lo paso muy bien recitando, no solo lo que yo hago”. En este sentido, Sarasua añade que “a lo único que aspiro es a que alguien se quede con un poema mío, una idea de un poema. Me moriré pero ese poema seguirá vivo en boca de otros y mientras esa idea esté viva, yo seguiré viva. Nunca seremos un García Lorca, pero que, por lo menos, algo quede de nosotros”.

Recuerda la autora como en su anterior poemario, Stop, creaba con palabras la imagen de ella esperando a cruzar una calle, parada ante un semáforo, estando al otro lado el tiempo, que la mira fijamente. “Cuando se ponga en verde, vendrá a por mí y acabaré”. Pero “todavía tengo que hacer muchas cosas” defiende Sarasua, quien, ahora que justo acaba de cumplir “setentaytrece”, tiene claro que “cada día me doy cuenta de todo lo que tengo que aprender”.

Lo dice a pesar de los premios –“me hacen ilusión, pero no dejamos de ser aspirantes a poetas”– y mientras se muestra crítica con todo lo que publica. “Nunca llego a conseguir lo que me he propuesto al inicio de cada poemario. Igual el arte perfecto no existe, pero es que siempre quiero ir a por más”. Eso sin perder de vista lo ya hecho. “Me moriré preguntándome a mí misma muchas cosas”.

También en esa inquietud constante está Borao, un impulso que, en su caso, tiene otras vías de escape, como esa labor antes mencionada como difusor cultural. “Me viene de joven. Ya en el instituto organizaba discoforum. Hacíamos que la gente participara”, recuerda. Tiempos no tan lejanos, como cuando “íbamos a una casa abandonada para recitar, beber y a fumar”. Y aunque le interesen otras cosas, “la poesía para mí es vital. Desde que la descubrí en la adolescencia siempre he seguido con ella. Nunca he podido prescindir de ella”.

Tampoco compartiendo el camino de otros a través de esas Noches Poéticas que se llevan realizando desde hace más de diez años. “Lo que quiero ahí es que la gente pueda difundir su poesía independientemente de que sea buena. No se busca que sea algo académico”, sino “ante todo, algo para compartir”.

13/12/2022