Se pone el papel de horno en el estampado y, después, sin vapor y con mucha paciencia se plancha durante cuatro o cinco minutos. Así le explica Charo Roldán, propietaria de la tienda Princess Courts situada en la calle del Dos de Mayo, el proceso para poner un estampado en la tote bag a una clienta que le acaba de comprar. Ella se dedica a la venta on line y física de telas, calcetines y otros accesorios con estampados japoneses, de Frida Kahlo o calaveras, entre otros. Vende productos "variados", como destaca ella. Algunos de ellos los deja hechos para cuando se vuelvan a organizar los mercados y tiene en mente, de cara al próximo año, ofrecer la posibilidad de que los clientes se puedan customizar sus prendas o accesorios con su ayuda, ya que a crear un taller de costura no se atreve.
Roldán tiene una hija de seis años y también horarios muy marcados, puesto que necesita conciliar la vida laboral con la familiar. Ello le obliga a ofrecer citas previas a sus clientes por si alguien le quiere realizar un pedido. Hasta ahora ha estado participando en mercados como el de Dos de Mayo o Corazón de María para testar lo que gustaba y lo que no a su público y, esta vez, se ha animado con el Denda Fest, pues asegura que es muy fan de estos eventos: "Yo trabajo sola y venir aquí me ayuda a salir de mi cueva".
El establecimiento de Roldán es uno de los 24 puestos que ha acogido Bilborock por el día del Denda Fest. Una iniciativa Pop Up de la mano de la Asociación de Comerciantes y Empresas de San Francisco, Bilbao La Vieja y Zabala en colaboración con Bilbao Historiko que forma parte del Open Auzoa y que consiste en enseñar y proyectar, desde las 11.00 hasta las 20.00 horas, todos los comercios de la zona mediante exposiciones, maratones de DJ's y ventas de moda, decoración, accesorios, arte y diseño. El proyecto busca fomentar e impulsar el comercio para que la ciudadanía se acerque a conocer y a disfrutar de los Barrios Altos, convirtiendo al mercado en el eje de la convivencia intercultural y vecinal.
Entre los puestos se encuentran Estudio 14, R-evoluciona Taller de Cueros, Peso Neto, Casa Flora, Elexpe Photoart, Ultramarinos Romaña y un largo etcétera. La gerente de la asociación, Begoña Castaño, explica que los productos que se ofrecen son artesanos y propios que no "se encuentran en ningún otro sitio".
Lamenta la situación que ha tenido que vivir el barrio de San Francisco por la pandemia: "Ha sido una época dura pero creo que poco a poco volveremos a la normalidad y seguiremos adelante. Debido al covid-19 no hemos podido hacer todo lo que queríamos. A pesar de ello este es nuestro barrio y trabajamos por la promoción de nuestros establecimientos y actividades dinamizadoras para atraer a la gente. Por eso hacemos toda esta serie de actividades, para mostrar lo que tiene San Francisco, como un montón de locales diferentes y únicos". La gerente denomina al Denda Fest como "una prueba piloto" para ver si gusta al público y ver cómo queda, y no se niega a participar en los próximos años.
NOSTALGIA POR LOS MERCADOS
Ana María Rodríguez tampoco. Donde la inviten ahí estará. Ella dirige la librería Libros en Movimiento y pertenece a la Asociación Norai, una entidad social que tiene una orquesta para formar a niños, entre otras muchas cosas. Denda Fest le pareció un evento interesante para dar a conocer su librería de la calle Bailén en la zona de San Francisco y pensó que, a pesar de que ya les conocen a ella y a su equipo muchos vecinos, todavía les falta más público.
Se dedican a regalar libros que les regalan a ellas para fomentar la lectura y para que "el libro no quede en una estantería cogiendo polvo". Quien quiere se lo puede llevar de manera completamente gratuita y, quien lo decida, puede hacer una aportación económica voluntaria. Rodríguez confiesa que a ellos la pandemia no les ha perjudicado, sino que les ha beneficiado mucho, pues como regalan libros la gente se acerca mucho a su local. Además, como durante el confinamiento los vecinos no salían de casa han notado que la gente ha comenzado a leer más. "Han descubierto una afición muy buena", ha matizado.
A Menchu Agirrebeitia de la tienda de plantas Sustraiak, en cambio, la pandemia sí le ha afectado. Aunque no se queda con las cosas negativas, sino con las positivas: "Ha sido muy difícil y duro, pero si nos unimos y nos ayudamos entre todos todo irá mejor. La gente del barrio se ha mentalizado mucho, nos apoyan, vienen a comprar y a compartir de una manera humana, rica y muy bonita. Las ventas han sido un verdadero desastre, le di una vuelta a mi tienda, aunque con la planta empecé a remontar poco a poco". Se apuntó al Denda Fest para colaborar con otros comerciantes y fomentar el consumo del barrio. A ella siempre le ha gustado la pluralidad cultural y la diversidad. Sin embargo, confiesa que no ha acudido a otros eventos del Open Auzoa y lamenta que ese ha sido su gran error: "Quiero extenderme fuera de mi negocio".
Pero Agirrebeitia no es la única. Souhail de la tienda de Antigüedades Alaia situada en la calle Hernani tampoco ha acudido a otros eventos. Todavía. Asegura que quiere ir. Y está, al mismo tiempo, deseando que se celebre esta misma iniciativa al año que viene. "El Denda Fest ayuda a que la gente se anime y venga a visitarnos", ha apuntado. Él ofrece a sus clientes todo tipo de antigüedades vintage, retro o incluso piezas de coleccionismo. En el mercado de antigüedades "entra de todo".
Pese a que las ventas se hayan reducido en su comercio porque los turistas ya no entran mucho a su establecimiento manifiesta que ahí seguirá dándolo todo: "El barrio es muy bonito, merece la pena venir a ver todo con mucho detalle". Asimismo confía en la gente y cree que muchos acudirán a comprar: "La pandemia la estamos pasando y ahora lo más importante es mirar hacia San Francisco y los comercios para que salgan adelante".
Fatou Dieng es la promotora de Kér Fatou, una tienda de fusión africana y europea, situada en la calle Hernani, que ofrece telas wax, bisutería, agendas, libretas, complementos como tote bags y productos hechos en Senegal con paja y plástico reciclado. También destaca lo mucho que han sufrido los comercios del barrio a raíz del covid-19: "Se ve a muy poca gente en las calles y nos está costando mucho sacarlo todo adelante. El mercado del Dos de Mayo ayudaba a que los comerciantes sacasen un dinero extra y daba vida y visibilidad al barrio y nos lo han quitado". Dieng anima a todo el mundo a que, a pesar de las circunstancias, pasen a conocer un barrio tan diverso como San Francisco.