Los propietarios forestales vascos están preocupados. Los sabotajes no son nuevos, pero en las últimas semanas han crecido en intensidad y en dimensión. Los sindicatos agrarios ENBA y ENHE y la Asociación de Propietarios Forestales de Gipuzkoa, GEBE, denuncian que un colectivo ecologista radical, denominado 'Lurraren altxamendua' ha reivindicado la tala de 11.000 árboles en Azpeitia, y Berango.
Aseguran que del caso de Berango no tienen información pero que han podido constatar que "la tala de 7.000 árboles plantados en los últimos años en Azpeitia y Zestoa" y explica que "en este caso se trata de criptomerias".
Dicen que "durante años hemos visto anillar árboles para que mueran poco a poco o ataques contra determinadas especies" como los sufridos en Bizkaia en 2021 o en Gipuzkoa en agosto de 2023, donde "era el eucalipto el que estaba en el punto de mira". Añaden que en otros casos "de forma simbólica, han entrado en una parcela, arrancado plantas recién puestas y han introducido algunas plantas de roble para hacerse la foto y reivindicar su lema".
Sin embargo, aseguran que "en las últimas semanas estos ataques están adquiriendo otra dimensión: afectan cada vez a a más especies arbóreas y a más propietarios y propietarias".
Piden ayuda a las instituciones
Ante estos ataques, las tres asociaciones defienden que "la forestal es la actividad más verde que se lleva a cabo en el país" y recuerdan que la madera es una de las principales materias primas de la sociedad: "empezando por el papel higiénico, hasta cajas de cartón, palés, tejados o el pelet para calentar nuestro hogar". Y se preguntan si lo que queremos es "que este país deba importar toda la materia prima que necesita".
"Se nos llena la boca con la transición ecológica, la sostenibilidad y con la búsqueda de materiales renovables alternativos a los materiales de origen fósil. Todo esto nos lo ofrece la producción forestal". Ante esto, denuncian la impunidad con la que están actuando quienes han provocado los daños en las plantaciones forestales. "Cortar 6 o 7 hectáreas de plantación no es ninguna tontería, es muchísimo trabajo y hace falta gente y tiempo. Para llevar eso a cabo te hace falta una cierta tranquilidad que te da única y exclusivamente la impunidad o el no tener absolutamente miedo a las consecuencias de lo que estás haciendo. Es lo que queremos poner sobre la mesa: el silencio a nivel institucional y de partidos políticos es lo que da pie a esto".
Por todo ello piden apoyo a las instituciones a las que reclaman que las denuncias de estos sabotajes se investiguen para "identificar y sancionar a los responsables". También les solicitan indemnizaciones para cubrir "el 100% de las pérdidas" y que les apoyen en la replantación. A los partidos políticos les piden que se posicionen sobre estos sabotajes. Y, además, piden apoyo al resto de grupos ecologistas. "Ningún ecologista de verdad puede apoyar que se talen árboles".