Otro extraordinario encuentro del colosal Nikola Jokic (nuevo triple-doble con 27 puntos, 10 rebotes y 14 asistencias) y de su principal escudero Jamal Murray (26 puntos y 10 pases de canasta) impulsó a los Denver Nuggets hasta la victoria por 104-93 en el primer encuentro de las finales de la NBA, dominando de principio a fin a unos Miami Heat demasiado fallones en el lanzamiento y con problemas para hacer frente al poderío físico de los anfitriones.
La contienda bailó al son que marcó Jokic. El pívot serbio ofreció una demostración de visión de juego en los dos primeros cuartos y sus Nuggets dominaron sin demasiados problemas en el luminoso para romper el choque en el tercero, llegando a gozar de ventajas superiores a los veinte puntos. El 84-63 con el que se llegó al acto final hacía presagiar un paseo militar, pero si algo tienen los de Erik Spoelstra es capacidad para revolverse, para no dar nada por perdido. Arrancaron el cuarto final con un 0-11, pero a los de Mike Malone no les tembló el pulso en ningún momento. Para evitar apuros, Jokic abandonó su modo facilitador para activar el de killer y sus canastas hicieron posible una victoria cómoda pero en la que al menos la franquicia de Florida consiguió acabar con sensaciones moderadamente positivas.
Los Nuggets tuvieron la virtud de disponer de recursos acertados más allá de Jokic y Murray. Aaron Gordon abrumó a sus pares a base de físico para acabar con 16 puntos y Michael Porter, pese a su horrible 2 de 11 en triples, consiguió acabar con un doble-doble de 14 puntos y 13 rebotes además de dificultar mucho las acciones ofensivas de los Heat. En las filas de Miami, el gladiador Jimmy Butler ofreció esta vez una versión terrenal y fue Bam Adebayo el encargado de liderar a los suyos con 26 puntos y 13 rebotes. El problema para los de Spoelstra radicó en la aciaga noche de sus secundarios. Con Max Strus, Caleb Martin y Duncan Robinson limitados a un paupérrimo 2 de 23 global en lanzamientos de campo (0 de 10, 1 de 7 y 1 de 6 respectivamente), Gabe Vincent, con 19 puntos, se quedó demasiado solo como respaldo de las grandes estrellas. Kyle Lowry y Haywood Highsmith hicieron un muy buen trabajo en el último cuarto en el intento de protagonizar el más difícil todavía, pero fue ya demasiado tarde.
Con los Denver Nuggets manteniendo su condición de invictos como locales en las eliminatorias por el título, Miami, tras acusar el esfuerzo realizado para eliminar a los Boston Celtics en una final del Este que se alargó hasta el séptimo partido, espera ofrecer una versión más competitiva en el segundo duelo, que se disputará la noche del domingo. Para ello necesitará encontrar recursos defensivos para obstaculizar los constantes dos contra dos que proponen Jokic y Murray, poner más dificultades a la superioridad física de Gordon y más acierto por parte de sus tiradores de tres puntos.