Los tafalleses y las tafallesas se anudaron ayer un pañuelo que les acompañará hasta el próximo 20 de agosto. Un inicio de fiestas muy caluroso, que obligaba a los lugareños a buscar refugio a la sombra en la espera del lanzamiento del chupinazo. A falta de media hora del cohete, era escasa la afluencia que esperaba en la plaza del Ayuntamiento, porque las terrazas de los bares seguían repletas de comensales que disfrutaban de los almuerzos.
Los más pequeños aguardaban ansiosos en el escenario preparado junto al quiosco, combatiendo el calor con pistolas de agua. En contraste, los adultos buscaban lugares un poco más fríos y sombríos, pero conforme se acercaba la hora de la cita anual, el calor iba quedando en segundo plano porque la emoción por el comienzo de las fiestas ganaba todo el protagonismo.
Cuando el reloj de la localidad hizo sonar las campanas a las 11.45 horas, eran ya pocos los espacios que quedaban libres en la plaza consistorial. Para amenizar la espera, las cuatro mujeres responsables de prender la mecha del cohete, en representación del Escuela de Jotas Hermanas Flamarique, prepararon los micrófonos en el balcón del Ayuntamiento y regalaron a la plaza una jota tafallesa, que fue aclamada por todo el público.
Los más jóvenes llenaron las primeras filas ante el Ayuntamiento y en la espera, Osasuna se convirtió en protagonista con clásicos como “una gitana loca tiró las cartas”, a los que se unía la plaza completa. Como de costumbre, los cánticos generaron una algarabía festiva que iba acompañada de borbotones de vino sobre los jóvenes, tiñendo sus camisetas y pantalones blancos en rosáceos. La joven tafallesa Ane Martínez aseguró que “la espera se está haciendo un poco larga, hay muchos nervios y además esta temperatura no ayuda a estar rodeada de una marea de gente”. Mientras tanto, los componentes de la banda local La Tafallesa se hacían hueco entre la multitud para poder llegar al quiosco, donde aguardaron el estallido del primer cohete para comenzar a tocar.
La fachada del Ayuntamiento de Tafalla se hizo eco de lo vivido otros años en fiestas da la localidad y se volvió a ver la semana pasada en el inicio de las fiestas de Estella-Lizarra. A diez minutos del comienzo desplegaron dos pancartas, y una de ellas manifestaba la presencia de la ikurriña: “Como en el franquismo, ikurriña debekatua”. Junto a ella, descolgaron otra pancarta que llevaba grabado “Den-denak etxera!”. A pie de calle también era visible más de una pancarta que cubrió a varios jóvenes. La protagonista fue una ikurriña en la que se podía leer “Gora herria!”, otra de “Independentzia” y varias ikurrinas y banderas de navarra ondeadas por jóvenes con palos.
Tras el estallido, las charangas de las peñas locales El Aguazón, El Empuje y El Cierzo salieron en fila una detrás de otra, desplazando con ellas a todos los congregados dentro de la plaza del Ayuntamiento por la avenida de Severino Fernández. Se sumergieron en un ambiente festivo que desprendía mucha felicidad y dibujaba sonrisas en las caras mientras bailaban al son de las charangas. En el desfile, vecinos y vecinas que vivían los primeros minutos de fiesta desde los balcones de sus casas, refrescaban a los que desfilaban junto a las peñas con cubos de agua, un gesto que era más que bienvenido entre los de abajo.
Las peñas tuvieron gran presencia. A pesar de que todos alzasen en el chupinazo sus pañuelos rojos con el escudo de Tafalla bordado, el color azul y verde de las blusas era visible entre la mayoría de los tafalleses y tafallesas.
Los lugareños disfrutarán de siete días de fiestas en las que tendrán actividades destinadas a todas las edades. La joven Nuria Macaya afirmó que “tenía muchas ganas de que llegasen las fiestas para poder disfrutar de las barracas, es lo que más me gusta”, mientras que Rubén, Ander y Javi, tres amigos tafalleses, aprovecharán “al máximo los conciertos y la fiesta de la noche”.