Un pescador furtivo ha sido interceptado a 8 millas del Cabo Matxitxako (Bizkaia) en posesión de 500 anzuelos en 58 tablas de corcho. La práctica de pesca que desarrollaba no está admitida en embarcaciones de recreo. Además, el patrón fue denunciado varios días antes en el puerto de Bermeo por otra práctica incorrecta.
Los agentes descubrieron el barco cerca de unos buques profesionales que estaban pescando. Así que, el Servicio Marítimo Provincial asistió con rapidez a la retirada de aparejos, por lo que no hubo ningún daño al ecosistema marino de la zona, ni perjuicios al resto de buques, ya que no consiguió ninguna captura.
Los agentes detectaron en el radar del patrullero "Río Guadalete" un barco no muy alejado de un grupo de buques profesionales que se encontraban faenando. Por ello, se dirigieron al lugar, alejado de la costa y descubrieron una embarcación de recreo con un tripulante a bordo. Al proceder a inspeccionar la documentación de la nave, observaron un gran número de tablillas de corcho (flotadores) dotados de líneas de pesca con anzuelos.
Los guardias civiles retiraron del mar los flotadores, contabilizando un total de 58 y dotados con alrededor de 500 anzuelos. Para la práctica de esta actividad se requiere una licencia de pesca industrial y ni el patrón ni la embarcación disponían de ella para ejercerla.
No era la primera infracción
Sin embargo, esta no ha sido la única infracción marítima realizada por este hombre porque dos días antes los agentes de la Patrulla Fiscal y de Fronteras de Gernika le descubrieron en el puerto de Bermeo. Se encontraba en esta localidad vizcaína pescando con una caña en el interior del recinto portuario.
La Guardia Civil insiste en que la pesca indiscriminada arrastra unos elevados costes para el medio ambiente y los recursos marinos. Asimismo, recuerdan que la captura amenaza a algunas especies y a la desaparición de los bancos de peces de nuestras costas. Por lo tanto, reitera el cumplimiento de la legislación en materia de esta disciplina.