La Guardia Civil en el marco de la operación Hozkailu, ha desarticulado una organización criminal que se dedicaba al traslado ilícito de residuos de todo tipo hacia diversos países del continente africano: Nigeria, Ghana y Guinea Ecuatorial fundamentalmente. Como consecuencia de la operación se ha detenido e investigado a 18 personas cuyo entramado criminal estaba perfectamente asentado en nuestro país desde hacía años.
Fruto de las labores que lleva a cabo el Seprona en materia de traslados transfronterizos de residuos, los investigadores detectaron varias parcelas valladas en las afueras de la localidad de Vitoria, donde se acopiaban grandes cantidades de todo tipo de residuos en distintos grados de conservación, entre los que destacaban neumáticos a final de su vida útil, vehículos a motor, bombonas de gas, y una gran cantidad de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE).
Tras las primeras investigaciones se constató que un grupo de personas de origen africano estaban sacando del circuito legal cantidades ingentes de residuos, principalmente eléctricos y electrónicos, los cuales eran acopiados en distintas localizaciones a la intemperie, para posteriormente ser estibados sin ningún tipo de seguridad en contenedores de transporte marítimo para su exportación al continente africano. Los residuos eran declarados como artículos de segundo mano para poder eludir los controles aduaneros y poder así ser transportados a África como chatarra electrónica.
Los residuos viajan
La organización tenía establecido un complejo sistema para eludir el control aduanero. Desde el País Vasco los residuos eran introducidos en grandes contenedores de transporte marítimo y conducidos por carretera en camiones hasta el puerto de Bilbao. Al mismo tiempo, de manera fraudulenta, se formalizaban las autorizaciones de salida a través de la Aduana de Almería.
Esta descentralización en las operaciones aduaneras dificultaba en gran medida que la mercancía fuese fiscalizada, saliendo sistemáticamente todas las semanas desde Bilbao sin ser inspeccionados los contenedores. Los residuos salían de España como aparatos de segunda mano, cuando en realidad se trataba de residuos que no habían sufrido ningún tipo de transformación previa.
De esta manera el beneficio de la organización criminal era doble, toda vez que a la supresión de los gastos derivados de la gestión de los residuos se sumaban los ingresos. Se destacan los más de 500.000 kilos de RAEE, por los gases contaminantes que la mayoría contiene en su interior.