Agentes de la Policía Nacional han desmantelado en la localidad de Sueca (Valencia) el mayor macrolaboratorio de éxtasis del Estado, donde se han incautado 1.900 litros de MDMA, que en la calle hubiera tenido un valor de 105 millones de euros. Han sido detenidas un total de 12 personas, todos ellos varones en Altea (Alicante) y en Sueca.
En la operación, denominada 'Chamizo', se han llevado a cabo cinco entradas y registros -cuatro en Altea y uno en Sueca- en los que se han intervenido 1.900 litros de MDMA, 1.000 litros de precursores para producir éxtasis y otros 1.000 litros de residuos químicos.
Los resultados de la investigación han sido presentados este miércoles en una rueda de prensa en Alicante, en la que han participado el comisario jefe de la Comisaría de Benidorm, Ceferino Serrano Torres; el responsable de la investigación de la Brigada de Policía Judicial, Víctor Manuel Galvañ Arbeo; y el inspector Juan de Mata Muñoz Molina, de la Comisaría General de Policía Judicial.
En los registros practicados, descubrieron en una casa de Sueca el macrolaboratorio, que es el mayor que se ha encontrado en el Estado, mientras que en el resto de espacios, ubicados en Altea, no hallaron "nada de interés", pese a los indicios. No obstante, Galvañ ha precisado que había un "fuerte olor a amoníaco, como si todas las zonas hubieran sido limpiadas y la maquinaria retirada".
La investigación se inició a en el mes de octubre de 2023 por parte de agentes adscritos al Grupo de Estupefacientes de la comisaría de Policía Nacional en Benidorm (Alicante), cuando tuvieron conocimiento de la existencia de un entramado criminal que presuntamente se estaba dedicando a la elaboración de drogas sintéticas (cristal).
Galvañ ha detallado que descubrieron un presunto laboratorio en una casa de campo en Altea la Vella, donde se encontraban los supuestos cabecillas del entramado, por lo que iniciaron las vigilancias. Allí avistaron que las personas que presuntamente pertenecían a la organización entraban y salían del recinto con mascarillas de tipo industrial, así como con garrafas de plástico. En la zona, además, se desprendía un "fuerte hedor a productos químicos".
Los agentes descubrieron un reparto de tareas entre los distintos miembros del entramado criminal. Uno de los investigados era el que realizaba el traslado del resto de miembros hasta el laboratorio; mientras que otro de ellos el que transportaba la droga desde el laboratorio hasta los lugares de almacenaje, llamados 'guarderías', previos a su distribución al comprador final.
Otro de los integrantes de la organización ejercía como vigilante de la droga para evitar ser robados por otras redes criminales; mientras que otro, aprovechando que carecía de antecedentes, cedía su documentación para alquilar los inmuebles utilizados y no alertar a la policía. Por último, los cabecillas dirigían la organización.
Todos los integrantes de la organización adoptaban unas "fuertes medidas de seguridad" para evitar la investigación policial, utilizando múltiples vehículos, entre cinco y diez, de diferentes marcas y colores para evitar la vigilancia policial.
Galvañ ha señalado que los investigados "eran considerados ciudadanos ejemplares". "Nos sorprendía en las vigilancias, porque no utilizaban maniobras de contravigilancia, no intentaban despistar, conducían a la velocidad permitida, llevaban vidas normales. El único denominador común es que carecían de trabajo", ha precisado.
"TRASIEGO INUSUAL"
Posteriormente, descubrieron otra casa de campo en el término municipal de Sueca, donde también había un "trasiego inusual" de los miembros de la banda, que portaban mascarillas y garrafas de plástico, además del olor a productos químicos. Este presunto laboratorio se encontraba en una zona boscosa y montañosa, con caminos de acceso deteriorado y estrechos.
El 17 enero, durante un seguimiento, la Policía Nacional tomó la decisión de precipitar la operación para evitar que posibles cantidades de MDMA salieran de la casa. Los agentes dieron el alto al vehículo de los dos principales investigados, que portaban garrafas de plástico.
Los sospechosos trataron de emprender la huída y aceleraron bruscamente supuestamente con la intención de atropellar a los agentes, que tuvieron que lanzarse a la cuneta para evitar ser arrollados. En ese momento se inició una persecución que acabó con la detención de ambos ocupantes y con la intervención de dos garrafas de 5 litros cada una, que posteriormente se comprobó que contenían anfetamina.
MDMA Y ACELERANTES EN SUECA
Los dos investigados fueron detenidos y se inició la fase de explotación de la operación, que dio paso a los cinco registros domiciliarios --presuntamente dos laboratorios y tres guarderías-- y al resto de detenciones.
No obstante, en los registros descubrieron en macrolaboratorio en Sueca, mientras que en el resto de viviendas de Altea "no se halló nada de interés", pese al "fuerte olor a amoníaco". "Hubo un impass entre que se precipitó la operación y la custodia a los inmuebles que, posiblemente, provocó que se hubieran desprendido de muchísimo material", ha indicado Galvañ, quien ha puntualizado que los criminales "no suelen asentar un laboratorio fijo y suelen buscar sitios de muy complicado acceso".
En el macrolaboratorio se intervinieron un total de 1.900 litros de MDMA (conocido como cristal o éxtasis), 1.000 litros de acelerantes y precursores para elaborar más anfetaminas y 1.000 litros de residuos químicos, un alambique de grandes dimensiones, decantadores, tornos, fogones, probetas, básculas de precisión, equipos de protección individual, entre otros elementos dedicados a la elaboración y almacenaje de la droga y sus precursores.
Dada la magnitud del material intervenido y la complejidad de la maquinaria encontrada en los registros, los agentes fueron asistidos por agentes adscritos a la sección de sintéticos de la Brigada Central de Estupefacientes de la Comisaría General de Policía Judicial.
Además, debido a la peligrosidad de las sustancias, solicitaron la colaboración del Grupo TEDAX-NRBQ de la Brigada Provincial de Información de la Jefatura Superior de València y el Grupo de Inspecciones y Muestreo de la Comisaría General de Policía Científica.
VERTÍAN LAS SUSTANCIAS QUÍMICAS AL CAMPO
A los detenidos se les imputan delitos contra la salud pública, pertenencia a organización criminal y contra el medio ambiente. En el transcurso de la diligencia de entrada y registro en el laboratorio de Sueca, los agentes observaron que todas las sustancias químicas sobrantes de la preparación de la droga sintética eran desechadas por unos tubos que salían hasta el exterior y acababan vertidas en el campo, con el consiguiente daño ambiental. Por ello, también han sido imputados como presuntos responsables de un delito contra el medio ambiente.
Los 1.900 litros de sustancia sintética, MDMA, transformada a su estado sólido (cristalización) hubiera alcanzado un peso final de 2.185 kilogramos y 105 millones de valor en el mercado. Además, dada la cantidad de la droga, los investigadores sospechan que pudieran estar suministrando el estupefaciente a otros países europeos, "posiblemente Holanda", puesto que dos de los arrestados, que eran químicos, tenían esa nacionalidad.
Los dos cabecillas, con los que se inició la investigación, carecían de antecedentes, pero otros miembros de la banda sí los tenían. En concreto, los químicos contaban con antecedentes relacionados con laboratorios de MDMA en su país de origen. Tras ser puestos a disposición judicial cuatro de los arrestados --los dos cabecillas y los dos químicos-- han ingresado en prisión provisional.