El cepillo de dientes es una herramienta esencial para la higiene bucal, pero también puede convertirse en un foco de infecciones si no se maneja adecuadamente. Recientemente, el farmacéutico y creador de contenido en redes sociales, Álvaro Fernández, conocido como @farmaceuticofernandez, ha generado gran impacto con una advertencia viral: después de padecer una gripe, un resfriado o COVID-19, es fundamental cambiar el cepillo de dientes. La razón es simple, pero muchas personas la desconocen: los virus pueden permanecer en las cerdas del cepillo y reinfectar al usuario.
Este consejo, aunque sencillo, podría ahorrar semanas de malestar y evitar recaídas innecesarias. A continuación, se explican los motivos detrás de esta advertencia y las medidas recomendadas para mantener una higiene bucal segura tras una enfermedad.
Los virus y bacterias pueden sobrevivir en el cepillo
El cepillo de dientes entra en contacto directo con la boca y las secreciones, lo que lo convierte en un ambiente ideal para la proliferación de microorganismos. Según Fernández, parte de los virus responsables de enfermedades respiratorias pueden quedarse en las cerdas del cepillo y sobrevivir varios días. Aunque el sistema inmunológico desarrolla anticuerpos tras una infección, reinfectarse por contacto con un cepillo contaminado sigue siendo posible, lo que podría prolongar los síntomas o generar una nueva infección.
No basta con lavar el cepillo de dientes con agua corriente, ya que la desinfección completa de sus cerdas es un proceso complejo y no siempre efectivo. Por esta razón, la mejor solución es reemplazarlo al terminar la enfermedad.
La humedad y el ambiente del baño favorecen la proliferación de gérmenes
Uno de los aspectos clave que menciona el farmacéutico es la importancia del entorno en el que se guarda el cepillo de dientes. El baño, al ser un espacio húmedo, es un ambiente propicio para la proliferación de bacterias y virus. Si el cepillo se almacena en un espacio cerrado o cerca de otros cepillos, el riesgo de contaminación cruzada aumenta.
Por ello, además de cambiar el cepillo tras una enfermedad, también se recomienda mantenerlo en un lugar seco y ventilado. Esto es especialmente importante si el cepillo se guarda junto a los de otros miembros de la familia, ya que los virus pueden transmitirse de un cepillo a otro.
Tres cepillos de dientes juntos en un vaso al lado del grifo del baño
Cambio del cepillo: una medida sencilla para evitar recaídas
Fernández enfatiza que el cambio de cepillo es una medida de prevención económica y fácil de llevar a cabo. Aunque el precio de un cepillo de dientes puede variar, el costo es mínimo en comparación con las molestias y complicaciones que puede generar una recaída en una enfermedad respiratoria.
En el caso de los cepillos eléctricos, el especialista recomienda cambiar los cabezales tras una enfermedad, ya que también acumulan gérmenes en sus filamentos. De esta manera, se evita el riesgo de una nueva infección y se contribuye a una recuperación completa.
Primer plano de las manos de una chica con uñas rojas añadiendo pasta de dientes al cepillo
Otros pequeños gestos después de una gripe
Además de cambiar el cepillo de dientes, hay otras medidas que pueden ayudar a una recuperación más efectiva y a prevenir nuevas infecciones. Lavar con frecuencia la ropa de cama y las toallas es fundamental, ya que pueden retener virus y bacterias. También se recomienda desinfectar superficies de uso frecuente, como teléfonos móviles, pomos de puertas y teclados de ordenador.
Renovar o lavar a fondo los utensilios de higiene personal, como esponjas y toallas faciales, puede reducir el riesgo de reinfección. Asimismo, mantener una adecuada hidratación y alimentación equilibrada ayudará a fortalecer el sistema inmunológico.
Otro aspecto clave es la ventilación del hogar. Abrir las ventanas diariamente permite la renovación del aire y disminuye la concentración de virus en el ambiente. Finalmente, mantener las manos limpias y evitar tocarse la cara innecesariamente son hábitos esenciales para prevenir futuras enfermedades.