Gipuzkoa

“Después de 25 años, muchos clientes ya son mis amigos, por eso el bar Euskalduna siempre me acompañará”

Félix Borda, dueño del bar Tarin de Zarautz y, después, del Euskalduna durante 25 años, se despide de la hostelería para disfrutar de una merecida jubilación
Ángela Dulanto y Félix Borda, dueños de Euskalduna Taberna durante 25 años.
Ángela Dulanto y Félix Borda, dueños de Euskalduna Taberna durante 25 años. / N.G.

Félix Borda ha dedicado más de 40 años a la hostelería en Zarautz, dejando una huella imborrable. Desde sus inicios en la discoteca Flash hasta la apertura del emblemático Euskalduna, ha sido testigo y protagonista de la evolución del sector. Ahora, tras un cuarto de siglo al frente de su restaurante, se despide para disfrutar de una merecida jubilación. En la entrevista a este periódico cuenta su trayectoria y su visión sobre la hostelería.

Trayectoria de Borda

¿Cuándo empieza su historia con la hostelería? 

Empecé en la hostelería en el 82, cuando vine a Zarautz en busca de trabajo. Mi primer empleo fue en la discoteca Flash, cuando tenía 23 años. 

Es de Errenteria. ¿Vino en 1982 en busca de trabajo? 

En Errenteria no había muchas oportunidades, vine a Zarautz para probar suerte. No era hostelero, yo trabajaba en el puerto de Pasaia. Encontré trabajo en la hostelería y me gustó tanto el trabajo como el pueblo, por lo que me quedé aquí. Trabajé en la discoteca mes y medio. De allí me fui a trabajar al bar Irrintzi, que era de Txomin, uno de Errenteria que había venido, como yo, unos meses antes. Ahí estuve tres años y después monté mi primer bar, el Fox (el antiguo Haizea de abajo). Estuve dos años, pero no fue bien. Volví a trabajar de camarero en el camping de abajo de Zarautz un par de meses y, después monté el bar Tarin. También he tenido más negocios.

El Tarin aún está en el recuerdo de los zarauztarras. Ahí le fue bien.

Estuve muchísimos años con el Tarin y en el 2000, el día de la República, abrí el Euskalduna. El Tarin funcionó de maravilla, abríamos a las 11.00 y cerrábamos a las 4.00 de la mañana. Servíamos copas, tragos y café.

En el 2000 abre el Euskalduna. Éste ya como restaurante. ¿Por qué?

Como decía Dinio, “la noche confunde” (ríe). Quería algo diferente. El Euskalduna lo abríamos a las 8.00 y cerrábamos a las 2.00 o 3.00. Ahora estamos hasta las 23.00 o así. La noche en Zarautz ha decaído un poco. 

¿Evolución de los clientes?

¿Cuándo empezó a notar ese cambio en la vida nocturna? 

Antes de la pandemia ya tenía esa sensación, pero la Covid hundió mucho la actividad nocturna. Este local en particular no tiene mucha terraza, apenas dos mesas. Durante la pandamia la gente prefería espacios al aire libre. Afortunadamente, el bar logró superar el impacto económico y salir adelante. 

Lleva desde los 80 palpando el ambiente de Zarautz. ¿Ha notado cambios desde entonces?

Sí. En Zarautz hay mucho más tardeo. Antes, había bares que hasta las 3.00 o 4.00 de la mañana estaban llenos. Ahora, se llenan de 17.00 a 20.00 o a 21.00 y por la noche no hay tanta gente. Las noches ya son muy tranquilas. De todos modos, ya no salgo mucho por la noche, así que no controlo tanto. 

Echaré de menos el vacile con el cliente, es lo que más me ha gustado de la hostelería

Su mujer ha sido un pilar importante en su vida y en su trabajo.

Sí. Ella es de Bergara y nos conocimos en Zarautz. Cuando abrimos el Euskalduna, trabajó arduamente en la cocina y enseñó a todos a desempeñarse bien. Hace unos cinco años, dejó la cocina para unirse a mí en la sala como camarera.

Jubilación

Tras 25 años al frente del Euskalduna, le llega la hora de la jubilación. ¿Cómo se siente?

Por un lado, sé que echaré de menos el bar, porque ha sido una parte fundamental de mi vida. Por otro lado, creo que me he ganado el descanso. Hemos trabajado mucho y ya es hora de pasar el testigo. Al final, muchos clientes se han convertido en amigos, así que el Euskalduna siempre me acompañará. 

¿Qué pasará con el restaurante?

El Euskalduna quedará en manos de una trabajadora. Me voy tranquilo porque sé que estará en buenas manos y quería que fuera ella quien continuara con el negocio. 

Aunque es de Errenteria, ha hecho mucho por la cultura de Zarautz y ha apoyado a equipos locales de playeros, de balonmano...

Sí. Siempre he creído que parte de lo que ganas debe repercutir en la comunidad. En su día, organizamos conciertos con un pequeño escenario en el local y también impulsé iniciativas como el concurso de carteles de Carnaval o el concurso de fotografía de Ramon Serras. Es una forma de devolverle al pueblo lo que me ha ido dando durante estos años.

Todo queda en Zarautz, entonces. Gran fiesta de despedida le brindó el pueblo este jueves.

Fue muy emocionante. Mucha gente vino a despedirse tras este cuarto de siglo. Nos sentimos unos privilegiados y fue una fiesta de despedida inolvidable.

Y ahora, ¿qué?

Echaré mucho de menos el vacile con el cliente. Eso es lo que más me ha gustado de la hostelería, pero me he ganado la jubilación y ahora tendré tiempo hasta para aburrirme.

2025-03-29T15:52:04+01:00
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