La Policía Nacional ha logrado detener a una mujer como presunta autora del homicidio de un varón, cuyo cadáver fue encontrado carbonizado en la calle Cerro del Murmullo, del distrito de Villa de Vallecas, ha informado la Jefatura Superior de Policía de Madrid en un comunicado.
Además, la investigación partió con la dificultad añadida de que no se sabía quien era la víctima ya que le habían extraído las piezas dentales y los dedos para evitar su identificación. Además, le habían quemado parcialmente.
Al principio, los agentes de Policía Científica y de Homicidios pensaron, por este tipo de indicios, que se trataba de un ajuste de cuentas o de una banda organizada de sicarios. Pero poco a poco descubrieron la verdad, en una investigación que duró seis meses, tras averiguar la identidad del cuerpo.
La responsable de los hechos fue puesta a disposición de la autoridad judicial, quien decretó su inmediato ingreso en prisión. Posteriormente y encontrándose en la cárcel fue acusada de participar en otro homicidio, el llamado 'crimen de la etiqueta'.
Una víctima adicta a las drogas y a la prostitución
La investigación comenzó cuando en agosto del año 2021 una vecina que se encontraba paseando por un pinar en Villa de Vallecas observó que se estaba produciendo un incendio. Los agentes que se desplazaron al lugar hallaron, entre las llamas, el cadáver de un varón.
Las pesquisas llevadas a cabo por los agentes del grupo VI de Homicidios junto con los agentes de Policía Científica de Madrid permitieron averiguar su identidad a través de técnicas que la inspectora que ha atendido hoy a los medios de comunicación no ha querido revelar para evitar ser utilizadas por los criminales.
La víctima resultó ser un varón español de 63 años, marino mercante de profesión, contratado por una importante empresa de hidrocarburos extranjera, que solía permanecer varios meses fuera del territorio español y recurría a personas de su entorno como destinatarias del ingreso de sus nóminas mensuales.
Cuando regresaba al Estado, estas personas le hacían entrega del dinero generado con su trabajo, entre 7.000 y 7.500 euros al mes, hecho que en ocasiones no ocurría, convirtiéndose en víctima de continuos engaños. Utilizaba este sistema porque, debido a sus deudas con la Seguridad Social española, no quería tener una cuenta bancaria en el Estado.
La víctima pasaba varios meses en aguas de alta mar pero cuando volvía a suelo español dilapidaba su sueldo en drogas y en prostitución, algo que se había convertido en una adición y en un problema, ya que le había apartado de su familia. Por eso, su entorno eran personas dedicadas a este mundo, como la presunta asesina, que en su momento había ejercido la prostitución y que ahora le llevaba a clubes de alterne.
El 26 de agosto del año 2021, el marino llegó al aeropuerto de Madrid donde le esperaba esta amiga, a la postre la supuesta asesina, española de 46 años, la cual se había convertido en los últimos años en la persona de confianza que recibía el ingreso de sus nóminas y se apropiaba constantemente de manera indebida de ese dinero.
Tras encontrarse, ambos se desplazaron a la localidad de Torrejón de Ardoz, donde la presunta autora de los hechos residía y tenía un local alquilado para montar un negocio de estética. Es en ese momento cuando se perdió la pista de la víctima.
Los agentes de Homicidios pudieron corroborar que fue en ese local donde se consumó el crimen por asfixia y que posteriormente la presunta autora solicitó a un conocido, mediante engaño, la utilización de su vehículo particular para, con el pretexto de realizar una mudanza, trasladar el cuerpo sin vida días después.
Hizo creer a su entorno que continuaba con vida
En días posteriores, la supuesta autora autora cubrió el cadáver con unas cornillas sin ducha y lo trasladó en el vehículo hasta el pinar ubicado en la calle Cerro del Murmullo, donde lo quemó.
Además, la responsable hizo creer a los allegados del fallecido que su desaparición había sido voluntaria y que seguía con vida. Para ello, envió varios mensajes para que pensaran que desaparecía voluntariamente. Nadie nunca denunció su desaparición.
Tras numerosas gestiones, los agentes detuvieron a esta mujer la cual fue puesta a disposición de la autoridad del Juzgado número 10 de Madrid, quien decretó su ingreso en prisión. Ella niega su implicación en los hechos. El juicio oral sobre este caso se fijará en breve.
Además, los agentes practicaron entradas y registros tanto en el domicilio de la autora como en el local donde se produjo el homicidio y en el vehículo utilizado para el transporte del cadáver.
Implicada en el crimen de la etiqueta
Durante su estancia en prisión ha sido acusada de la participación en el llamado 'crimen de la etiqueta'. Los hechos ocurrieron el 28 de noviembre del 2021 en un domicilio en calle Sierra Toledana de Madrid, en el distrito de Puente de Vallecas, en el que fue asesinado para robarle la caja fuerte un hombre al que hallaron semidesnudo, amordazado con cinta americana y maniatado con una brida, presentando signos de violencia.
Tras la primera inspección ocular llevada a cabo en el escenario del crimen, los agentes encontraron una etiqueta naranja con una inscripción que podría corresponderse con el nombre de la tienda en la que los presuntos autores habrían adquirido guantes de látex y cinta americana utilizados en el ilícito, tratándose de un elemento de gran interés para los investigadores.
Los agentes inspeccionaron multitud de establecimientos de la zona e incluso se extendió la búsqueda a otros distritos y localidades de Madrid, siendo estas gestiones infructuosas. E inclusó la Policía llamó a la colaboración ciudadana a través de su Twitter, recibiendo miles de mensajes.
Los policías dieron con una tienda de Parla y tras casi un año de investigaciones detuvo a nueve personas por esta muerte violenta, entre los que se encontraban dos familiares directos de la víctima, siete hombres y dos mujeres, entre ellas la presunta responsable de la muerte del marino mercante.