La Policía Nacional y la Guardia Civil han desarticulado de manera conjunta una organización criminal dedicada a realizar estafas a través de Internet en el territorio español y han detenido en Bucarest (Rumanía) a un ciberdelincuente de Murcia que contaba con más de 300 denuncias en el Estado y 33 requisitorias de distintos juzgados para su detención o ingreso en prisión.
En el marco de la Operación 'Kalinka-Tirano', el Grupo de Delitos Tecnológicos de la Brigada de Policía Judicial de Policía Nacional de Navarra y la Unidad Orgánica de Policía Judicial de Guardia Civil de la misma comunidad foral han procedido a la detención de uno de los ciberdelincuentes más activos en España y han analizado cientos de cuentas bancarias fraudulentas donde se han detectado movimientos de más de 10 millones de euros.
La investigación se inició en el mes de agosto de 2021, cuando se personaron en dependencias de la Guardia Civil cinco personas denunciando haber sido estafados previo secuestro de sus cuentas de Whatsapp. Del mismo modo y sobre las mismas fechas, se personaron ocho personas en la comisaría de Policía Nacional, denunciando hechos con idéntico 'modus operandi', según han informado ambos cuerpos en un comunicado.
Ante el incremento de este tipo de denuncias y la similitud en el modo de operar, se hizo necesaria la coordinación de ambos la Policía Nacional y la Guardia Civil para desarrollar una investigación conjunta. Fruto de la misma, se llegó a la conclusión de que eran cometidas por un grupo perfectamente organizado y cuyo líder era un hombre de nacionalidad española natural de Murcia, sobre el cual pesaban un total de 33 requisitorias judiciales de diferentes juzgados de todo el Estado español.
Tras averiguar que dicha persona se encontraba huida en Rumanía desde hacía varios años, se solicitó colaboración con la policía de ese país para su localización, dando resultado positivo y siendo ubicado en un domicilio en los extrarradios de Bucarest, donde finalmente se le detuvo.
Además, Policía Nacional y Guardia Civil también identificaron a cinco miembros de la organización en las provincias de Murcia, Málaga, Alicante y Tenerife, investigando a cuatro de ellos.
DETENCIÓN Y REGISTRO EN BUCAREST
Una vez recopilados todos los medios de prueba que implicaban a los autores, se solicitó la emisión de una Orden Europea de Investigación (OEI) y una Orden Europea de Detención y entrega (OEDE), por lo que miembros de Policía Nacional y Guardia Civil se desplazaron hasta Bucarest para dar apoyo a las autoridades rumanas y proceder a la detención ordenada por el Juzgado de Iruñea.
La operación culminó hecho con un registro en el domicilio del ciudadano español residente en Rumanía efectuado por los agentes españoles con el apoyo de la policía rumana, procediendo posteriormente a su detención y puesta a disposición de las autoridades judiciales rumanas que ejecutaron la OEDE con la extradición del detenido que fue conducido a España, ingresando directamente en prisión para su puesta a disposición del Juzgado de Pamplona.
En el registro practicado en el domicilio del Bucarest, también se intervino una estación de minado de criptomonedas, dos ordenadores portátiles, discos duros de una CPU de sobremesa, varias tarjetas bancarias fraudulentas, una impresora industrial especial para la impresión de tarjetas, 55 documentos nacionales de identidad españoles falsificados, así como cientos de soportes de tarjeta para su impresión.
55 IDENTIDADES USURPADAS
De la investigación llevada cabo hasta la fecha han aflorado más de 55 identidades usurpadas con cientos de cuentas bancarias abiertas con las mismas, habiendo detectado hasta la fecha movimientos por más de 10 millones de euros.
Durante la investigación, ambos cuerpos policiales llegaron a contabilizar más de 300 denuncias en todo el Estado español por diferentes tipologías de estafas como la suplantación mediante secuestro de cuentas de WhatsApp y solicitud de dinero a contactos, estafa de alquileres vacacionales, contratación de micro préstamos fraudulentos a nombre de terceros o apertura de cuentas bancarias usurpando la identidad de terceros.
También se encontraba entre los métodos de estafa el 'phishing' (método para obtener claves bancarias y otra información confidencial haciéndose pasar por una institución), 'smishing' (ataque de ingeniería social que utiliza mensajes de texto móviles, o la técnica del hijo en apuros (remisión de mensajes por aplicaciones de mensajería en los que se hacen pasar por los hijos de las víctimas solicitando dinero de manera urgente para cubrir una supuesta emergencia).
El ciberdelincuente había adquirido una impresora industrial para la impresión de documentos de identidad en soporte físico, los cuales empleaba para la apertura telemática de cuentas bancarias con identidades usurpadas o falsas, utilizando las mismas para la obtención y el blanqueo del dinero obtenido fraudulentamente, el cual posteriormente empleaba en la compra de criptomonedas.