Cuando se cumplía el bicentenario del fusilamiento del coronel liberal Sebastián Fernández de Leceta, alias Dos Pelos y su tropa , el sábado inició su andadura en Iturmendi el Día del Arriero , una fiesta para poner en valor este oficio, clave en el desarrollo económico y social del valle de Burunda. Además, miembros de la asociación Batalla de Vitoria de 1813 recrearon este hecho, primero en el lugar en el que ocurrieron y después en la plaza.
Fue el 17 de octubre de 1822 en Ibarbeltz, que desde entonces pasó a llamarse Dospeloserrekalde y también Erregengurutza, por la cruz que se colocó durante la Guerra Realista del Trienio Liberal. Mano derecha del general Ezpoz y Mina, el guerrillero alavés, la junto con 126 oficiales y soldados cayeron prisioneros de los realistas al mando del comandante Fernando Zabala tras la toma de Estella, de dónde huyeron a Sesma. Según las crónicas de la época, los hombres de Dos Pelos, algunos heridos y exhaustos, no estaban en condiciones de seguir la marcha. Así, los partidarios de Fernando VII, contrarios a la Constitución de Cádiz, les concentraron y abrieron fuego. Lo cierto es que en este lugar se encontraron numerosas balas de plomo. También se cuenta que en el recuento fueron 105 fallecidos, entre ellos el coronel. El resto pudo huir. Los realistas continuaron su viaje hasta Ataun, dejando los muertos atrás, que tuvieron que enterrar los vecinos de Iturmendi en un auzolan de urgencia.
Los arrieros en el valle de Burunda
Con sus recuas de mulos, los arrieros recorrieron las calzadas y caminos para el transporte de todo tipo de bienes en el suministro de pueblos y ciudades, sobre todo desde el siglo XVI hasta los primeros años del XIX. Dada su privilegiada situación geográfica, los trajineros del valle de Burunda transportaron principalmente cereales, vino, aceite y sal desde el interior a la costa, de donde traían salazones y aceite de ballena, el petróleo de la época, y tras el descubrimiento de América, chocolate, café, tabaco y especias entre otros productos, según explicó Nicolás Arbizu, autor del libro Arrieros de Burunda. “En algunos pueblos un tercio de sus vecinos se dedicaron a la arriería en algunas épocas. Además, las mayores y mejores casas de nuestros pueblos fueron de los comerciantes que se enriquecieron con la arriería y constituyeron la clase más elevada entre los vecinos”, apuntó. Para conocer mejor este oficio se instaló una pequeña exposición en la planta baja del Ayuntamiento.
Esta fiesta nace con vocación de continuidad, según adelantó el alcalde de Iturmendi, Imanol Arbizu. Otro objetivo es que se conozcan mejor los pueblos que atraviesa la calzada de Bernoa así como recuperar acontecimientos históricos desconocidos. Por ello, estaban invitados los alcaldes de la zona y también de Ulíbarri Arana, localidad natal de Dos Pelos. Entre otros, acudió el alcalde, Fernando Orbiso y varios de sus descendientes: Fulgen y Belén Fernández de Leceta así como Jesús Mª y Samuel Mendiguren además de Eduardo y Fernando García de Bikuña, que llevan el apellido de su ilustre antepasado en segundo lugar.
A este encuentro también estaban invitadas las cofradías de arrieros de Bakaiku, Urdiain e Iturmendi, los tres pueblos del valle en las que continúan vivas. Acudieron Xabier Goikoetxea de Ziordia, en representación de la de Bakaiku, con su primer libro, de 1715. Por parte de Urdiain acudió su mayordomo, Josu Lanas y de Iturmendi, Javier Junguitu; estos dos últimos con sus banderas, la original de 1690 en el caso de Iturmendi.
Dichas cofradías gremiales fueron las que mantuvieron las calzadas que ahora forman parte del sendero de gran recorrido GR323, con 64 kilómetros de senderos balizados, con dos etapas principales, 11 variantes, 4 derivaciones y recorridos circulares.