Día internacional de la mujer y la niña en la ciencia con esa brecha de género que sigue costando romper. Más que en el estudio de carreras científicas, cuesta en la investigación y los puestos de dirección. Hemos podido hablar hoy con dos mujeres con doctorado que sí están generando conocimiento y que lideran en su ámbito: la enfermería.
Una profesión muy feminizada, es cierto, pero en la que "cuesta que nos vean como líderes". Marian Cidoncha es responsable de docencia e investigación en enfermería de la dirección de asistencia sanitaria de Osakidetza y asegura que son muchas las mujeres que están ahora mismo inmersas en la investigación pero que cuando hay que escalar y liderar equipos, el genero sigue estando "muy presente". "Cada vez más hay muchas investigadoras de base pero en la medida en que vas subiendo y liderando, es más difícil y el porcentaje de mujeres es menor", asegura.
No se atreve a decir si es una visión machista, lo que tiene claro es que las enfermeras deben "empoderarse". "Nos dicen que somos muy buenas, empáticas, cariñosas….eso es verdad pero detrás de esto hay personas formadas que piensan mucho, muy eficientes y exigentes y a veces se nos reconoce más las piernas y las manos y no la cabeza. Nos implicamos, tenemos pasión por fomentar el cuidado y por eso estamos ahí", reclama-
Marian tiene un doctorado en ciencias de la enfermería y anima a todas esas niñas y estudiantes que sueñan con ser científicas para que no se frenen. "Es importante que las estudiantes sean valientes y tiren hacia adelante. Muchas veces las mujeres queremos ser perfectas, y queremos controlar todo. Tenemos que ser valientes", subraya.
En esta línea se pronunciaba también Janire Portuondo, doctorada en salud pública y miembro de la dirección de planificación del Gobierno Vasco. El mensaje para las niñas que quieren ser investigadoras, que quieren liderar proyectos es claro. "No hay que buscar la perfección, lo primero es atreverse", señala
Respecto a la brecha de género, reconoce que en Euskadi hay una consejera de Salud, una directora de Osakidetza mujer y cuatro subdirectoras pero que el problema es que en los cuadros intermedios es una gran mayoría de hombres. Cree que uno de los principales problemas lo tenemos nosotras mismas. "Intentamos ser perfectas pero nos ponemos nosotras barreras y piedras en el camino. Yo creo que renunciamos a puestos de dirección porque creemos que tenemos que ser perfectas. Al hombre esto no le pasa. Se atreve", lamenta.
Su mensaje para las niñas que quieren ser científicas es "que se atrevan". "Esto no es cuestión de géneros, cada uno de damos nuestra visión y si no lo hacemos, no sale", afirma y añade "lo excelente es enemigo de lo bueno", y "por intentar ser excelentes no llegamos", advierte. "Muchas veces es mejor dar algo bueno y llegar".