Diego Álvarez atiende la llamada de NOTICIAS DE GIPUZKOA con el mismo patrón amable de toda la Generación de Oro de la Real. El aita de Yon estaba avisado de que nos íbamos a poner en contacto para hablar de él. Bueno, y de paso, siendo quien es, de cómo ve a la Real esta temporada.
La trayectoria de su hijo
A pesar de ser corta, el eibartarra siguió muy de cerca y disfrutó mucho de la carrera de su hijo. Ahora celebra que siga relacionado con el balón: "Lo vivo con ilusión porque a él le gusta el fútbol desde pequeñito. Recuerdo que empezó en el Antiguoko y luego le fichó el Barça junto a Mikel Arteta y Mikel Yanguas, que fueron los tres que fueron de aquí. Jugó al fútbol hasta que tuvo que dejarlo porque tuvo una lesión en la rodilla. Cuando estaba en el Barça empezó a estudiar fisioterapeuta y terminó la carrera allí y prácticamente se quedó en el Barça. Tuvo que dejar el fútbol porque le operaron de la rodilla y ha ido de menos a más hasta llegar arriba. La decepción inicial que tuvo le ha compensado luego lo que ha hecho".
El mítico 8 txuri-urdin reconoce que jugaba bien: "Cuando era un chaval prometía. Luego ya no es nada fácil estar en un equipo de Primera División y él llegó hasta donde llegó. Pero el fútbol no lo es todo y él estudió para fisioterapeuta, luego sacó el título de INEF y está contento con la progresión. Se dedica a ello en cuerpo y alma, siempre ha sido muy profesional".
Como a cualquier aita, no le fue fácil ver cómo su hijo se marchó de casa pronto para perseguir su sueño. Siempre humilde, no se mojó al valorar quién era mejor de los dos a pesar de que, como afirma su hijo, sus números en la elite son por algo: "Yon coincidió con un montón de chavales que luego han sido internacionales varios. Él jugaba más por banda, primero de extremo y luego en el Barça de lateral derecho". Diego no puede contener la risa con la que se habría organizado hoy en día si hubiese acabado recalando en el Athletic: "Pero es cierto, ya había ido a entrenar varias veces a Lezama, pero se cruzó el Barça. Nosotros íbamos a verle cada tres semanas. Solíamos ir con el aitona también".
Un sueño truncado
Como padre y exjugador, Diego sufrió cuando tuvo que abandonar el fútbol por problemas físicos: "Fue duro más por él. A mí, como a todos los padres, me hubiera gustado, pero por él más. Tuvieron que operarle de la rodilla, se le salió el hombro también y el médico que le operó le quitó de la cabeza cualquier esperanza. Le vino muy bien porque eso hizo que se centrase en los estudios y luego ha desarrollado una carrera que le gusta, y no ha salido del Barça prácticamente. Y ahora ya sabes, es complicado porque tiene mucha responsabilidad porque ser recuperador de los que están de baja… Yo, cuando estoy viendo los partidos, me pongo nervioso con los lesionados. Pero es lo que ha elegido y está muy contento y feliz y yo también".
La Masía
No todos pueden decir que han defendido la camiseta blaugrana, cuya cantera es una de las mejores del mundo: "Imagínate la ilusión que tenía, como cualquier chaval que le ficha el Barça, el Madrid, o el Athletic o la Real. Son cosas de la vida. Hay muchos que pueden ser y que luego no son y el que parecía que no, sí. Te llevas ilusión al principio, luego desilusión, pero la vida sigue para adelante y si eres capaz de ser profesional en lo que elija, seguro que te va a ir bien".
padre orgulloso Yon ha demostrado que es una rama de la medicina que le gusta mucho. Y se ha preparado a conciencia para trabajar en la elite: "Eso sí. Desde luego lo ha demostrado porque no solo hizo la carrera de fisioterapeuta sino también la otra, con todo el día metido en la ciudad deportiva. También ha dado clases en la universidad… Se lo ha currado y estoy muy satisfecho y orgulloso de él".
A Diego le hace ilusión cuando le ve en el verde sentado al lado del banquillo: "Está junto al banquillo porque no entran todos. Se suele sentar con un compañero de él, que son uña y carne, el hijo del también exfutbolista Rojo. Son los dos que rehabilitan a todos los lesionados. Estoy muy contento".
Preparación física
El fútbol actual no tiene nada que ver, sobre todo por la preparación física: "Hoy en día, hay muchos más lesionados. Se juegan demasiados partidos, hay demasiados viajes y los campos son muy tupidos y hay muchas lesiones. Lesiones musculares también, es que juegan martes, sábado, domingo… Eso no es fácil llevarlo". Flick se ha metido en el bolsillo a todos en el Barcelona: "Por lo que me cuenta, les ha sorprendido satisfactoriamente. Es muy dialogante y está encima de todos. Está muy bien, muy integrado con el resto del staff".
Una Real exitosa
Diego se muestra muy satisfecho por el actual estado de salud de su querida Real: "Yo estos dos tres últimos años estoy encantado de cómo está el club en lo económico y en lo social y con la plantilla que tiene, que es muy competitiva, con mucha gente de casa. Salvo esos baches que suele tener después de navidades está haciendo grandes campañas. Este año lo que le está pasando es que han estado muchos fuera. No es lo mismo hacer la pretemporada todos juntos y todos a la vez que hacerlo con ocho o diez internacionales que están por ahí viajando, que no descansan lo suficiente en vacaciones. Creo que están sufriendo un poco por este motivo, pero en los últimos partidos se les ha visto más como el año pasado".
¿Europa?
El guipuzcoano confía en que volverá a estar cerca de Europa: "Yo creo que sí va a estar ahí arriba. Tiene equipo más que suficiente para estar luchando por Europa". El fútbol ha perdido la memoria y muchos critican a Imanol y hasta a Oyarzabal: "Es así. Tres partidos que no ganas…. Pero siempre ha sido así. Antes no era como ahora, porque no había tanta prensa. Ahora, al margen de los medios, todo el mundo puede opinar, todo se sabe".
Preguntado por qué jugador de esta plantilla se parece al gran Diego y si él jugaría en este equipo, vuelve a mostrarse tan prudente y modesto como siempre: "No sé quién se podría parecer a mí, el fútbol ahora es muy diferente. Nunca se sabe. A mí me encanta Zubimendi. Lo hace todo muy sencillo y fácil".