Llega el final de curso y con él los temidos exámenes: finales, globales, recuperaciones, EVAU... Los estudiantes, ya agotados tras nueve intensos meses de clase y muchos ya con la cabeza más puesta en el verano que en los libros, deben hacer frente a situaciones que en ocasiones les resultan muy estresantes.
No todos los temperamentos son iguales y mientras unos lidian las dificultades con más serenidad, otros experimentan una intensa e inevitable ansiedad que puede interferir en su concentración y en su rendimiento, lo que penalizará su esfuerzo a la hora de estudiar.
La ansiedad es una reacción ante la anticipación de algo estresante y afecta tanto al cuerpo como a la mente. Quienes la sufren, en los momentos previos al examen podrán sentir un nudo en la garganta, el estómago revuelto, dolor de tripa o dolor de cabeza.
Temblor o sudoración en las manos y un latido desbocado, que parece que se va a salir el corazón por la boca, son otros síntomas de la ansiedad.
Todos ellos son producto de la adrenalina, una hormona que segrega nuestro cuerpo y que nos prepara para reaccionar ante un peligro.
La ansiedad puede generar un círculo vicioso en el estudiante: cuanto más se centra en lo malo que le puede pasar, más aumenta su ansiedad, se siente peor, su mente se llena de miedos y estos le distraen, lo que tendrá como consecuencia que el examen le salga peor.
A continuación te ofrecemos diez consejos para reducir la ansiedad de los exámenes y afrontar las dificultades con mayor sosiego.
1- Organízate bien. El estrés no siempre es malo ya que te pone en alerta ante algo importante que va a ocurrir. Que el estrés te incite a ponerte a estudiar con antelación será muy beneficioso y te permitirá tener controlada la situación y ser más positivo. Nadie tiene ansiedad si piensa que el examen le va a salir bien.
2- Solicita ayuda. Si cuando te reparten el examen te pones tan nervioso que te quedas en blanco, probablemente necesitas ayuda para controlar tu ansiedad. Puedes pedírsela a tu profesor, a tu tutor o a tu orientador escolar.
3- Prepara bien los exámenes. Unos buenos hábitos de estudio y unas buenas técnicas de estudio contribuyen a reducir la ansiedad ante los exámenes. Cuanto mejor te sepas la materia, más confianza tendrás en que te saldrá bien y lo afrontarás más seguro y relajado.
4- Piensa en positivo. Sustituir los pensamientos negativos por mensajes positivos, eso sí, siempre realistas, reducirá tu ansiedad. No vale de nada engañarse. Debes asumir que se trata de un periodo transitorio de sacrificio que pronto pasará.
5- Asume los errores. Relativiza tus errores y tómatelos como una oportunidad de aprender. Ser muy perfeccionista y demasiado crítico contigo mismo no te aportará nada bueno.
6- Relájate y respira. Dormir lo suficiente te permitirá afianzar los conocimientos, y hacer ejercicio físico y alimentarte de forma saludable ayudarán a tu mente a rendir al máximo. Practicar técnicas de relajación cuando estés ansioso hará que te tranquilices y tengas controlada la situación.
7- No descuides el ocio. Las distracciones son tan importantes o más que el estudio. Entre una sesión y otra, cada hora u hora y media, dedica al menos media hora a algo que te relaje. Muchas horas seguidas ante los libros reducirán la atención y la concentración, disminuirán la capacidad de memorización y aumentarán el estrés.
8- No abuses de los estimulantes. El excesivo consumo de café, de bebidas energéticas o estimulantes afectan al sueño y, aunque te mantengan más tiempo despierto, al final el cansancio te generará estrés.
9- Elige bien el lugar de estudio. Debes elegir bien el sitio en el que vas a estudiar, ya que si no te sientes cómodo aumentará tu nivel de alerta y se resentirá tu concentración.
10- Evita distracciones. Para mantener la concentración necesitas evitar las distracciones y la mayor actualmente es el móvil. Así que ya sabes, ¡cuanto más lejos, mejor!
Todo lleva su tiempo y no puedes pretender superar la ansiedad de la noche a la mañana. Controlar el estrés ante los exámenes será un primer paso y te servirá de gran ayuda para el resto de situaciones que te tocará afrontar a lo largo de la vida.