La Navidad está llena de momentos y de fechas señaladas la mayoría de las cuales se celebran en torno a una mesa, y no precisamente vacía. Los reencuentros con amigos y las comidas y cenas familiares son la excusa perfecta para dar rienda suelta a nuestros caprichos, por lo que es fácil caer en unos excesos que luego arrastraremos durante una buena temporada.
Nochebuena, Navidad, Nochevieja, Año Nuevo o el día de Reyes son días y noches muy especiales que tradicionalmente celebramos con abundante comida y bebida. Sin embargo, si queremos disfrutar de las fiestas, incluidos esos aperitivos, picoteos, comidas o cenas, hay algunos aspectos que debemos tener en cuenta para no llegar al 6 de enero y descubrir con disgusto que ya no nos podemos abrochar el botón del pantalón.
Consejos
Si quieres evitar que la cuesta de enero sea aún más dura con unos kilos de más aquí te dejamos algunos consejos.
1- No te saltes comidas
Ante las celebraciones nocturnas de Nochebuena o Nochevieja, no te saltes previamente ninguna comida. Solo conseguirás llegar a la cena con más hambre y comerás mucha más cantidad.
2- Objetivo: mantener tu peso
La Navidad no es la mejor época del año para iniciar una dieta de adelgazamiento. Trata de mantener tu peso, que no es poco; si te dejas llevar por los excesos de estas fechas, lo más probable es que engordes entre 3 y 5 kilos.
3- Modera el consumo de dulces
En estas fechas no hay alimentos prohibidos, pero todos los excesos son malos. Prioriza los dulces que más te gustan, como los turrones, y repártelos entre todas las fiestas. Importante, ¡no empieces a comerlos antes de tiempo! Si quieres más dulce, toma como alternativa chocolate negro (mínimo con un 80% de cacao) y fruta fresca cortada en trocitos. ¡Una deliciosa y muy sana tentación!
4- Contrólate
Darte de vez en cuando algún capricho no quiere decir que inevitablemente vayas a engordar. Lo importante es la moderación y elegir cómo y cuándo te vas a dar ese lujo.
5- Si comes fuera de casa...
Empieza con un entrante ligero (sopa o ensalada); opta por aperitivos saludables como el marisco, los pepinillos o el jamón y evita a toda costa los fritos; de segundo, mejor pescado que carne; modera el consumo de dulces y sustituye el café por descafeinado o por infusiones digestivas o depurativas.
6- Si comes en casa...
La ventaja de comer o cenar en casa es que tú puedes elegir el menú de principio a fin. La primera regla de oro es no comprar nada que no te convenga comer, ya que ¡lo mejor para no comer es no tener! Las comidas más ricas no tienen por qué ser las más calóricas y por ello es importante no perder de vista la dieta mediterránea. Incorpora a los menús las joyas alimenticias de temporada: granada, setas, castañas y frutos secos, cereales integrales, col y repollo, vegetales y legumbres, pescado azul y carne, esta última con moderación. No te olvides de beber agua y coloca siempre una jarra en la mesa.
7- No dejes de hacer ejercicio
Mantén un estilo de vida activo y sigue haciendo ejercicio. No te dejes atrapar por el sofá y huye de las sobremesas demasiado largas. Organízate a diario y busca un hueco para hacer deporte. Abrígate y sal a caminar al menos 30 minutos cada día. Te sentirás mucho mejor.
8- Come en plato pequeño
Si la comida o la cena es en forma de picoteo, sírvete en el plato de una vez todo lo que vayas a comer. De esta forma evitarás comer sin control.
9- Mantén una alimentación equilibrada
En Navidad hay varias fechas señaladas cuya celebración no se entiende si no es en torno a una mesa repleta de comida. Es el caso de las cenas de Nochebuena y Nochevieja o las comidas de Navidad, Año Nuevo y Reyes. Pues bien, trata de compensar estas comilonas tomando comida sana el resto de los días: llena tu nevera de fruta y verdura que te aporten fibras y evita los cereales y las proteínas que ya estarán presentes en abundancia en las comidas y cenas navideñas.
10- Limita el consumo de alcohol y de refrescos
La tradición invita esos días a brindar con bebidas alcohólicas, no con agua. Pues bien, el alcohol además de dañar tu salud solo te aportará un montón de calorías vacías (a más graduación más engorda), que se acumularán en forma de tejido graso. En cuanto a los refrescos azucarados, una lata de 330 ml contiene alrededor de 140 kcal y ningún nutriente.
Ya lo ves, las celebraciones navideñas no tienen que estar reñidas con una alimentación saludable. Es cierto que es tiempo de juntarse y de compartir, lo que va a hacer que comamos siempre más de la cuenta y que cuidarnos nos resulte más difícil que en cualquier otra época del año.