1 Su nombre real solo es para la familia. En su carné de identidad figura como Roberto Enríquez Higueras, aunque nadie le reconoce fuera de su entorno por este nombre. Bob Pop es su denominación de batalla.
2 Crítico concienzudo. Hay quien le considera un hombre muy riguroso a la hora de emitir una crítica televisiva. Él piensa que es muy benévolo en sus opiniones y tiene gran prestigio en su campo.
3 Soledad o compañía. Siempre ha tendido a ser un hombre solitario, pero desde hace algún tiempo aprecia la compañía ajena. Lo ha descubierto sobre todo al tratar con los equipos de la serie Maricón perdido.
4 La ciudad de sus sentimientos. Nació en Madrid, pero se ha convertido en hijo adoptivo de Barcelona. El amor le llevó a la Ciudad Condal y desde entonces se ha rendido a los encantos de la capital catalana. Le gustan el ambiente y las pasiones que despierta entre sus muchos visitantes.
5 Los miedos del pasado. Es miembro del colectivo LGTBI y ha mostrado su satisfacción por poder mostrar con su trabajo de escritor y en la serie las dificultades de personas como él, que se ocultaban por miedo a los juicios y prejuicios, e incluso a la posibilidad de ser agredidos.
6 Un carácter muy particular. No se define como estoico, pero lo cierto es que a pesar de haber sufrido mucho se considera un hombre positivo y con un optimismo naïf. Mira siempre la vida con esperanza.
7 Actor por sorpresa. Jamás había pensado escribir nada sobre su propia vida, y mucho menos protagonizarla en serie. Dice que le pidieron que escribiera Maricón perdido y después llegó la propuesta como actor.
8 Una dura enfermedad. En 2019 Bob Pop confesó públicamente que tenía una enfermedad muy incapacitante: esclerosis múltiple. Desde hace tiempo la silla de ruedas es su vehículo predilecto para la vida cotidiana.
9 Cuestión de gustos. Mientras que a otras personas el término maricón les molesta, y mucho, por peyorativo, a él no le importa, siempre dependiendo el tono con el que se emplee.
10 Futuro en el aire. Es muy realista y en las conversaciones que mantiene tanto en privado como en público rememora el pasado y se recrea en lo que vive en el presente, pero omite los planes a futuro. Dice que su enfermedad le mantiene con los pies en la tierra y prefiere evitar ciertos sueños.