Vida y estilo

Diez objetos y partes del baño que casi nadie limpia

Por su tamaño o por su ubicación no solemos reparar en su suciedad y pueden convertirse en un foco de gérmenes y bacterias
Mantener el baño limpio es imprescindible para una correcta higiene en el hogar.
Mantener el baño limpio es imprescindible para una correcta higiene en el hogar.

Actualizado hace 8 minutos

Cuidar la limpieza y el orden del hogar es condición indispensable para hacer de nuestra casa un lugar acogedor y saludable. Todas las estancias son importantes, pero el baño, sin duda, requiere de unos cuidados especiales.

La humedad, a veces la falta de ventilación y la presencia constante de sustancias de desecho convierten el baño en el caldo de cultivo ideal para la proliferación de gérmenes y bacterias.

Así, la suciedad, el moho y los malos olores obligan a extremar las medidas de higiene, puesto que una limpieza deficiente puede causar desde enfermedades cutáneas y gastroenteritis hasta problemas más graves como hongos e infecciones.

El retrete requiere una limpieza profunda y frecuente.

El retrete requiere una limpieza profunda y frecuente.

Los grandes olvidados

Los expertos aconsejan limpiar el baño una vez por semana, desinfectando a fondo el lavabo, el inodoro, el bidé, la ducha o la bañera y sus baldosas, y el suelo. Sin embargo, hay otros objetos y lugares del baño que nunca o casi nunca limpiamos y que pueden convertirse en un foco de suciedad y de gérmenes. Algunos de ellos son:

1- Debajo del lavabo

Limpiamos a fondo los grifos, el lavabo y todos los recovecos de la encimera del mueble, pero no solemos agacharnos para limpiar el lavabo por debajo. Ese lugar es propicio para la acumulación de polvo, restos de jabón o de pasta de dientes que generan suciedad.

2- Las juntas de la mampara de ducha

Nos esmeramos en limpiar el cristal de la mampara de la ducha para que no quede ni una sola gota de agua, pero descuidamos las tiras de sellado que la unen a la pared. Debido a la humedad, en ellas se acumularán bacterias y se pondrán negras. En vez de intentar limpiarlas, a veces será mejor retirarlas con cuidado y poner unas nuevas.

3- El portaescobillas

Cuando limpiamos el baño, introducimos la escobilla en el retrete, le echamos un producto desinfectante, lo dejamos actuar unos minutos y la aclaramos tirando de la cadena. ¿Y el portaescobillas? Pues a menudo nos olvidamos de él. También conviene rociarlo con un deseinfectante, dejarlo reposar, aclararlo y secarlo para su correcta higienización.

4- El hueco entre el retrete y la pared

Limpiamos el retrete de arriba a abajo, pero nunca solemos pararnos a limpiar el hueco entre el inodoro y la pared. Es un lugar bastante inaccesible para el que puedes utilizar un cepillo de dientes viejo con un desinfectante fuerte y después aclararlo con una bayeta húmeda.

5- El sumidero

El sumidero u orificio del desbordamiento es ese pequeño agujero que tiene el lavabo para evitar que el agua se desborde. Lo vemos a diario, pero nunca nos acordamos de limpiarlo. Coge un cepillo de dientes viejo con un limpiador de baños y frótalo; quedará impecable.

6- El portacepillos de dientes

Después de cada uso, restos de agua y de dentífrico van a parar al fondo del vaso generando suciedad. Mételo en el lavaplatos para una mejor limpieza y desinfección.

Dos cepillos de dientes en un portacepillos.

Dos cepillos de dientes en un portacepillos.

7- El cabezal de la ducha

La cal del agua hace que los orificios de la alcachofa de la ducha se cieguen. Desmonta el cabezal, ponlo en una bolsa de plástico con agua y vinagre blanco a partes iguales y déjalo actuar toda la noche. A la mañana siguiente, acláralo con agua tibia y jabón. La cal habrá desaparecido por completo sin apenas esfuerzo.

8- El perímetro del inodoro

Limpiamos a fondo el asiento del inodoro y su interior, pero a menudo nos olvidamos de su parte exterior y de la zona del suelo que lo rodea. Utiliza lejía para desinfectar y un paño con agua fría escurrido para aclarar. Combatirás los malos olores y mantendrás tu baño fresco.

9- Portarrollos y toalleros

Como siempre suelen estar tapados por el rollo de papel higiénico o por la toalla, no solemos reparar en su limpieza; sin embargo, conviene pasarles una bayeta húmeda con un desinfectante para higienizarlos y quitarles el polvo.

10- El interruptor de la luz

Las manos albergan muchas bacterias y los interruptores del baño se pueden convertir en un foco de gérmenes, así que también hay que limpiarlos con frecuencia.

Ya lo ves, a la hora de limpiar el baño céntrate en lo principal, pero sin olvidarte de los detalles. Esto hará de tu baño una estancia limpia, higiénica y completamente saludable.

2024-12-13T17:43:10+01:00
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