La historia, el cuidado, el ocio, la investigación y la cultura. El Ayuntamiento de Donostia ha homenajeado este jueves cinco rostros de “los múltiples que posee la ciudad” con la entrega de las Medallas al Mérito Ciudadano 2023 a Agifes, el coro Easo, Lola Horcajo, Maite Sabadell y Gurutz Linazasoro. Dos entidades y tres personas que representan “unos valores” con los que la capital guipuzcoana “se diferencia del resto del mundo” y que la convierten en “una ciudad mejor”.
Así lo ha definido el alcalde, Eneko Goia, que ha recordado que tras dos años marcados por la pandemia, había muchas ganas de recuperar el acto en el salón de plenos del Ayuntamiento “como se merecía”. “Gracias a vuestra labor esta ciudad está dónde está. Aportáis unos valores que nos reconocen y muchas veces gratis, sin pedir nada a cambio”, ha señalado antes de empezar a entregar las medallas.
La primera ha sido para Lola Horcajo, una mujer “capaz de trasladarnos en el tiempo y entender la Donostia que hoy tenemos”. “Recogemos la medalla convencidos de que cuánto más se conoce una ciudad, más se aprecia, y apreciarla es ver que es un tesoro”, ha apuntado emocionada la historiadora, que ha querido acordarse en todo momento de su compañero de investigación y marido Juanjo Fernández Beobide.
La historiadora ha recordado cómo convirtió su “pasión por Donostia” en libros con los que conocer la historia de la ciudad. Primero lo hizo con diez entregas dedicadas a los comercios, a las que le siguieron monográficos sobre el casino, el balneario de La Perla, el Teatro Victoria Eugenia, el Hotel María Cristina, el parque de atracciones de Igeldo y el Topo, antes de estudiar las villas más notables. “Siempre he tenido claro que en las pequeñas historias están las que nos hacen grandes”, indicó, asegurando que la tarde de este jueves fue una alegría que nunca había imaginado: “Es imposible decir lo que nos llega al corazón que la ciudad que estudiamos sea la que nos premia”.
Romper el tabú
Tras Lola Horcajo, ha sido el turno de Agifes, la Asociación Guipuzcoana de Familias y Personas con Problemas de Salud Mental, una entidad que “ha conseguido romper el tabú de la enfermedad mental”, tal y como ha recordado Goia. El presidente, Vicente Areta, acompañado por la secretaria de la entidad, Rosalía Sánchez, han sido los encargados de recoger una medalla que “pone de relieve la importancia que tiene la salud mental”. “Estamos muy orgullosos de representar a esta gran familia con más de mil socios y 50 trabajadores. Ha sido una larguísima etapa por mejorar la calidad de vida de las personas, pero queda camino por recorrer”, ha apuntado.
A este respecto, ha hecho un alegato a las instituciones públicas señalando que “hacen falta más profesionales y es necesario mejorar el servicio del Hospital Donostia”. “Debemos normalizar los problemas de salud mental. Las puertas de Agifes están abiertas para todo aquel que nos necesite”, ha agregado, mientras Sánchez ha relatado cómo llegó a la asociación. “Me ayudaron hace 30 años cuando fuera nadie me entendía. Agifes me cambió radicalmente la vida”, ha contado.
Los carnavales más queridos
“No tengo vida para agradecer a los que me propusieron”, ha señalado visiblemente emocionada Maite Sabadell. Al frente de las discotecas La Perla y Bataplán no solo ha impulsado de forma notable el ocio nocturno de la ciudad, sino que fue la encargada de poner en marcha una de las cabalgatas de Carnaval más querida por parte de los donostiarras. “Tantos días sin dormir, noches tejiendo trajes y horas y horas bajo la lluvia se olvidaban al ver el espectáculo en la calle”, ha recordado, al tiempo que ha asegurado sentirse “muy orgullosa” por el legado que dejó no solo en los carnavales, sino en “todos los eventos de la ciudad que siempre hemos apoyado”.
Sabadell ha tenido también palabras para sus más cercanos, como su marido, Tristán, quien, ha contado, dejo su profesión para acompañarla en el proyecto, y sus hijos, que han continuado con la discoteca –“No hay mejores personas para ello”, ha apuntado–. No obstante, el recuerdo más especial lo ha dirigido a su madre, “una mujer valiente y adelantada a su tiempo” que impulsó la empresa. “El día de hoy se quedará para siempre en mi memoria y en mi corazón”, ha asegurado.
La pasión por leer
Gurutz Linazasoro, por su parte, ha afirmado sentir “sorpresa, alegría y gratitud” por el premio. “Hay colectivos muy merecedores de ello. Creo que la medalla es un reconocimiento a la divulgación científica. La salud nos interesa mucho”, ha apuntado el neurólogo, director del Centro de Investigación Párkinson de Policlínica; socio fundador y presidente de Vivebiotech; y reciente fundador del proyecto La casa del cerebro.
“La medalla es un orgullo y una responsabilidad”, ha indicado, agradeciendo el galardón a los equipos que le acompañan tanto en la Policlínica como en Vivebiotech. “Las patologías cerebrales nos afectan de manera increíble porque el cerebro es algo increíble”, ha manifestado, haciendo una defensa final en nombre de la lectura: “Me gustaría contagiar la pasión por la lectura, porque es la que nos hace querer aprender y descubrir cosas”.
Raíces en Donostia
Por último, el coro Easo, con parte de sus coristas en el salón de plenos y con su director, Juan Jesús Neira, y su vicepresidente, Santos Sarasola, a la cabeza, ha recogido la medalla en “una tarde-noche de emociones”. “Los cantores que se juntaron en 1940 lo hicieron bajos dos señas de identidad: cantar e impulsar el folclore vasco”, ha indicado Sarasola.
Sobre esta cuestión, ha recordado el nombre del coro, Easo, con el que marcaron “sus raíces” en Donostia por mucho que fuera creciendo. Así, tras 83 de historia, la agrupación cuenta ahora con 330 coristas, diez formaciones diferentes y hasta una Musika Eskola. “Lo mejor que sabemos es cantar, así que os dejo cantando”, ha concluido Neira. Y así, cantando, es como ha terminado la entrega de las medallas, primero con Agur zaharra, después con una contrapasa de humor y, finalmente, con la Marcha de San Sebastián, seguramente, el tema que mejor encaje con estos cinco rostros de lo que es Donostia.