Navarra es una de las comunidades con menor tasa de discapacidad en España, un 8%, lo que pone de manifiesto los buenos índices de salud de la que gozan las personas en la Comunidad Foral. Así lo refleja el II Informe sobre la Discapacidad en Navarra, elaborado por el Observatorio de la Realidad Social, dependiente del Departamento de Derechos Sociales, que también pone de manifiesto que la brecha de género se ha reducido considerablemente entre las personas cuidadoras al duplicarse la presencia de hombres respecto a 2008, pasando del 18,1% de hombres cuidadores en aquel año al 37,9% en 2021.
Estas son dos de las principales conclusiones extraídas del informe, que ha sido presentado esta mañana por la consejera de Derechos Sociales del Gobierno de Navarra, Mª Carmen Maeztu, acompañada por Luis Campos, director general del Observatorio de la Realidad Social de Navarra, y Víctor Iraceburu, técnico del citado Observatorio.
Según ha manifestado la consejera Maeztu, los datos que se han presentado “son positivos y ponen en relieve la buena salud de la sociedad navarra, pero también el empeño del Gobierno de Navarra por aumentar el número de prestaciones y servicios para las personas con discapacidad, con la mirada siempre puesta en mejorar la calidad de vida de este colectivo”.
El número de personas con discapacidad aumenta un 2,8% en 2021 respecto al año anterior
Según los datos recogidos en el informe, a finales de 2021 había en Navarra un total de 35.765 personas que tenían un grado de discapacidad superior o igual al 33%, lo que supone un crecimiento del 2,8% en el número de personas con discapacidad respecto al año anterior o, dicho de otro modo, 991 personas más que en 2020.
Detalladamente, se muestra que los hombres son mayoría, siendo un 53,5% del total, el 69,5% de las personas presenta una discapacidad de tipo física, mientras que el 41,2% tiene un grado de discapacidad entre el 33% y el 44%. Cabe señalar que, así como en el informe de 2020 el grupo de edad donde más personas con discapacidad había era el de 45-64 años, en 2021 fue el de 60-79 años, con 36,6% del total. Por último, la mayor parte de las personas con discapacidad se encuentra en Pamplona y Comarca (59,5%), y el 25,9% de las personas con discapacidad tienen reconocida también la dependencia.
Además de estos datos, provenientes de los registros administrativos propios del Gobierno de Navarra, el informe recoge también los datos extraídos de la Encuesta de Discapacidad, Autonomía personal y Situaciones de Dependencia (EDAD) realizada por el Instituto Nacional de Estadística (INE), una encuesta que no se realizaba desde 2008 y que actualiza los datos a nivel estatal en materia de discapacidad. Esta encuesta, además, aborda otro tipo de temáticas como los hogares o la percepción de los cuidados y el perfil de las personas cuidadoras.
Uno de los aspectos más destacables de la EDAD es la comparativa que realiza de la tasa de discapacidad resultante por las diferentes autonomías, en la que se observa que Navarra es una de las comunidades con menor tasa de España. Concretamente, con un 8% sobre el total de la población, es la segunda comunidad autónoma que menos tasa de discapacidad tiene, por debajo de las Islas Baleares. Cabe señalar que la tasa media en España es del 9,7%.
Por otro lado, dentro del colectivo de personas con discapacidad, más de la mitad de la población (51,4%) declaró más de una discapacidad, frente al 48,6%, con solo una, y 2 de cada 10 personas (19,7%) valoraron su estado de salud como muy malo o malo.
En cuanto a los tipos de discapacidad, la EDAD recoge que los problemas de movilidad son el tipo más habitual de discapacidad (53,9%), seguido de dificultades en relación a la vida doméstica (44,1%). En relación a esto, más de un tercio (36,1%) de los hogares con discapacidad declararon presencia de barreras y 3 de cada 4 personas reciben algún tipo de ayuda en su día a día.
Otro dato llamativo que recoge la EDAD es el relativo a las personas cuidadoras, donde destaca el fuerte incremento de la presencia de los hombres en los 12 años transcurridos entre 2008 –año en que se realizó la anterior EDAD- y 2020. En Navarra, concretamente, la presencia masculina creció casi 20 puntos porcentuales (del 18,1% al 37,9%). Dicho de otro modo, en 2020, 4 de cada 10 personas cuidadoras ya eran hombres, reduciéndose así la histórica brecha de género existente en este ámbito de los cuidados, a pesar de que esta continúa siendo una tarea llevada a cabo por una mayoría de mujeres.
Asimismo, la encuesta refleja que el 36,5% de las personas cuidadoras se encarga de su hijo o hija con discapacidad; el 26,6% lo hacen de su cónyuge o pareja; el 12,9% cuida de otro familiar y el 11,2% se encarga de su padre o madre.
Crecen las valoraciones realizadas un 54,4% respecto a 2015 y se reduce el tiempo de espera
En 2021, se realizaron un total de 5.015 valoraciones de discapacidad, lo que supone un aumento del 14% respecto a las valoraciones realizadas en 2020 (4.400) y un incremento exponencial del 54.4% respecto a 2015, cuando se realizaron un total de 3.248 valoraciones. Cabe señalar que el plazo medio de valoración de discapacidad, es decir, de reconocimiento y acreditación del grado de discapacidad, también vio reducido en 2021 hasta el mínimo de todo el periodo comprendido entre 2015 y 2021, siendo este de 4,7 meses de media, medio mes menos de espera que en 2020 y 2,3 meses menos que en 2016, cuando se registró el mayor tiempo medio para la realización de la valoración de discapacidad.
Por otro lado, el conjunto de prestaciones y servicios que reciben las personas con discapacidad en Navarra se ha visto fortalecido y ampliado, creciendo un 4,19% de 2020 (19.417) a 2021 (20.232) y un 19,2% respecto a 2015 (16.965).
Uno de los servicios que más ha evolucionado a lo largo de los años es el Servicio de Atención Temprana, duplicándose el número de niños y niñas de 0 a 3 años que han sido atendidas entre 2015 (546) y 2021 (1.199). También se aprecia un importante aumento respecto a 2020 del 16,5% (170 personas). En segundo lugar, el servicio que más crece es el de Transporte Adaptado y/o Asistido, un 73% en el mismo periodo, seguido del propio servicio de valoración de la discapacidad, con un 54,4%, y el de Valoración y Orientación Laboral, con un 21,7% de crecimiento en los últimos años.
Respecto a las prestaciones, la principal ayuda es la destinada a la atención residencial de las personas con enfermedad mental. Desde 2015, ha sido la prestación más numerosa al superar en cinco de los últimos siete años el 50% del total de las prestaciones. En 2021, supuso el 55,5% del total. La segunda es la prestación para la atención residencial destinada a las personas con discapacidad, que en 2021 supuso el 33,3% del total de las prestaciones. Cabe señalar que ambas ayudas, en conjunto, supusieron el 88,8% del total de las destinadas a la atención residencial y la atención diurna durante el pasado año.
La pobreza disminuye entre las personas con discapacidad gracias a los sistemas de protección social
Por segundo año consecutivo, el informe calcula las tasas de pobreza para las personas con discapacidad y las compara con las del resto de la población en Navarra, tomando como referencia los datos de 2020. Así, uno de los aspectos más llamativos es la reducción de las situaciones de pobreza relativa y severa entre el colectivo de personas con discapacidad en comparación con 2019, una consecuencia debida a la efectividad de los sistemas de protección social que consiguen mitigar la pobreza.
Concretamente, el porcentaje de personas en situación de pobreza relativa ha disminuido en 2020 (18,4%) respecto a 2019 (20,5%), y lo mismo ha ocurrido con el número de personas en situación de pobreza severa: 6,7% en 2020 frente al 9% en 2019.
De igual manera, también se muestra una situación menos gravosa para este colectivo en comparación con la población sin discapacidad, entre la cual un 21,6% se encontraba en 2020 en situación de pobreza relativa y un 11,7% en situación de pobreza severa.
En el desglose por sexos, las tasas de pobreza femeninas son superiores a las masculinas y es perceptible que la diferencia entre sexos se reduce para la pobreza severa. En concreto, las mujeres con discapacidad presentan 1,3 puntos más que los hombres cuando se pide la pobreza severa (7,4% frente 6,1%) y 4,3 puntos más en la pobreza relativa (20,7% frente a 16,4%).
Por tramos de edad, por otro lado, la pobreza disminuye conforme se avanza hacia edades más altas. Así, la incidencia de la pobreza en la discapacidad es especialmente importante para las personas más jóvenes: las personas menores de 16 años tienen una tasa de pobreza relativa del 32,7% (frente al 29,7% de las personas sin discapacidad) y de pobreza severa del 22,8% (frente al 18,4% sin discapacidad), mientras que en el tramo de 45 a 64 años, hay un 17,2% de personas en situación de pobreza relativa (17,6% entre la población general) y un 8,4% en situación de pobreza severa (9,3% sin discapacidad).
Solo 3 de cada 10 personas con discapacidad se encuentran activas laboralmente
La principal dificultad ante el empleo entre la población con discapacidad se encuentra en su situación frente a la inactividad laboral. Según los últimos datos, correspondientes a 2020, únicamente tres de cada 10 personas con discapacidad en Navarra estaban ocupadas o recibían la prestación por desempleo. Por otra parte, solo un 8,1% de la población inactiva lo era por tener reconocida una incapacidad permanente.
El informe muestra cómo a lo largo de los últimos años el porcentaje de la población activa con discapacidad ha estado por debajo del 40%. De hecho, el de 2020 fue el porcentaje menor de los últimos años, un dato en el que tiene una consecuencia directa el impacto de la pandemia de COVID-19 en el empleo.
La incidencia del desempleo en el colectivo con discapacidad también alta: el 23,3%, mientras que entre la población sin discapacidad se reduce hasta el 9,7%. Esta tasa, no obstante, es inferior que la del año anterior, cuando había un 27% de personas con discapacidad en situación de desempleo.
Cabe destacar que, según un análisis entre los datos de desempleo y discapacidad, muchas personas desempleadas con discapacidad no se registran como tal en el Servicio Público de Empleo. Concretamente, tres de cada diez personas desempleadas con discapacidad optan por no declarar su discapacidad, lo cual puede deberse a la percepción de que su declaración pudiera afectar de manera negativa a la posibilidad de encontrar empleo.
Con todo, la consejera Maeztu ha destacado “la buena marcha del desarrollo del Plan de Discapacidad, un plan ambicioso y consensuado con el sector” y ha puesto en valor la aprobación de la Ley Foral de Atención a las Personas con Discapacidad y Garantía de sus Derechos, “uno de los grandes hitos de esta legislatura”. “Tras un amplísimo proceso de participación social, va a ser la primera ley integral en Navarra, y una ley pionera en el conjunto de España, que viene a reforzar los derechos de los miles de personas con discapacidad y sus familias”, ha concluido.