Ojalá me equivoque. Daré saltos de alegría. Pero creo sinceramente que a la Real Sociedad le va a costar sellar un nuevo pasaporte europeo. Si lo consigue, estaremos ante un éxito a la altura de los más importantes, analizado este desde su contexto, porque no hablamos ahora de una cuestión de plantilla o de presupuesto, y sí de calendario y de acumulación de partidos. El del domingo se sacó adelante y muchas reacciones se centraron en la momentánea séptima plaza que implicó el triunfo. A mí el 2-1 contra el Espanyol, mientras, simplemente me hizo ser ya algo más optimista respecto a un anhelo utópico: que todos disfrutemos del momento. Con 31 puntos en la buchaca, la eliminatoria ante el Midtjylland ve multiplicada su capacidad para ilusionar. E igualmente las semifinales de Copa. A ver si así, ganando también los domingos, nos damos cuenta de lo que estamos viviendo, y apreciamos un poquito más el esfuerzo del equipo.
Minutos difíciles
Fue costosa la victoria frente a los pericos. Entre una aseada primera parte y el empuje del final hubo un tramo intermedio en el que se hizo difícil inclinar el campo hacia la portería visitante. Precisamente ahí, en el minuto 68, incluso se escucharon silbidos cuando Roberto hizo hutsa al intentar culminar dentro del área un contragolpe del Espanyol. Yo me quedo con que, más aún durante este duro invierno, resulta imposible someter siempre a tu rival. Subrayo también que ocho futbolistas de campo de la Real corrieron como condenados hacia atrás para defender esa acción en las inmediaciones de Remiro. Y me congratulo finalmente de que la mayoría de los 29.478 espectadores que acudieron al estadio (esa es otra) animara a los blanquiazules de cara al último arreón. La trayectoria del equipo txuri-urdin queda abierta a todo tipo de opiniones y de matices, faltaría más. Pero que nos estamos malacostumbrando lo saben hasta en Tegucigalpa.
Variedad de registros
Zubimendi, Sucic, Brais, Sergio Gómez, Zakharyan, Turrientes, Olasagasti, Pablo Marín... En la medular de la Real sólo caben, en teoría, tres futbolistas. Sin embargo, la nómina de candidatos a dichas plazas resulta elevadísima, algo que llama la atención en un equipo que viene de brillar en Champions con dos puñales exteriores llamados Take Kubo y Ander Barrenetxea. El caso es que el Espanyol se plantó el otro día en Anoeta con un 4-4-2 en defensa, desguarneciendo sobre el papel su centro del campo. E Imanol encontró la fórmula para hacer cosquillas a la espalda del doble pivote perico, sumando a la ecuación a jugadores adicionales para la media: los propios Barrene y Sergio desde el extremo izquierdo, Becker desde el derecho... Quitando a Javi López, carrilero casi permanente, todos los futbolistas de la Real llegaron a moverse por dentro para atacar, confirmando así la variedad de registros existente. Hay dinamita por fuera, y también recursos tácticos para conseguir lo más difícil en el fútbol: que el juego de tus hombres interiores acierte a carburar entre líneas. En pos de esto último, las distintas salidas de balón con tres defensas que plantea Alguacil significan un buen punto de partida. Luego sobra la calidad.
¿Y ahora qué?
Pues eso, que disfrutar del momento implica mirar al corto plazo con la mente limpia, sin lamentar lo difícil que fue ganar a un rival de la zona baja ni pensar en que, tras el Midtjylland, esperarían Manchester United o Tottenham. Además mañana miércoles en el sorteo de Copa tocará un coco, sí o sí, para una eliminatoria ante la que siempre nos quedará la tranquilidad de conciencia que genera esta Real. Hubo épocas pasadas en las que la irregularidad txuri-urdin se basaba en lo que transmitía el equipo: unas veces mucho, otras veces poco. Y a la gente, obvio, le costaba conectar e identificarse con lo que veía. Hoy es el día, mientras, en que los altibajos realistas resultan comprensibles y puramente deportivos, pues no se puede bordar el fútbol cada tres días. Con mayor o menor fatiga, con mayor o menor acierto, todos sabemos desde ya que Imanol y los suyos van a ir a muerte a por cada partido, a por cada adversario, a por cada torneo. Podrán y podremos presumir de ello cuando todo esto termine, lo haga como lo haga.
Un rival mejorado
Me vi de una sentada los dos últimos partidos oficiales del Midtjylland, ambos de la Europa League, y lo primero que pensé fue que muy mal tiene que hacerlo la Real para caer eliminada. Sin embargo, todo apunta a que los daneses ofrecerán desde este jueves una muy mejorada versión. Jugaron aquellos partidos sin su portero titular, ya recuperado de una fractura de brazo. También los disputaron sin un pivote propiamente dicho, después de vender al anterior en enero y antes de fichar a uno nuevo el último día de mercado. Y les faltó igualmente su delantero de referencia, el guineano Franculino, quien ha dejado atrás una lesión de tobillo. Sumémosle a todo ello dos semanas adicionales de trabajo y pensemos en que el rival llega a la eliminatoria en una situación mucho más positiva que la de hace quince días. Cuidado...