Djokovic se impone a Tsitsipas en Australia y destrona a Nadal al igualar sus 22 Grand Slam

Novak Djokovic completó con éxito la misión que le había llevado este año a la otra parte del mundo. El serbio ya tiene su décimo Abierto de Australia y recupera el número 1 del mundo tras un torneo casi impecable en el que solo perdió un set y una final manejada con la autoridad que le permite su historial. Stefanos Tsitsipas se encontró con una pared enfrente, un jugador que dictó el ritmo del partido y cerró todas las puertas al ateniense en las que pocas ocasiones en que este pudo vislumbrar alguna esperanza de lograr su primer Grand Slam. Porque Djokovic ya tiene el 22 y empata con Rafa Nadal en esa carrera histórica que ya solo disputan ellos dos. Entre el de Belgrado y el de Manacor han ganado trece de los dieciséis últimos grandes, pero todo apunta a que será el serbio quien acabe en la cima por una simple cuestión de salud, de que su cuerpo parece menos gastado y su mentalidad es tan férrea o más. Además, juega con la misma eficacia en todas las superficies.

Esa volvió a ser la diferencia en un duelo en el que dio la impresión de que Tsitsipas pudo hacer algo más. El ateniense, como otros, tiene tenis para pasar al siguiente nivel, pero a la hora de la verdad Djokovic volvió a mostrarse de nuevo impenetrable y solo hizo 22 errores no forzados. El inicio del duelo fue de dominio del ‘rey de Australia’ ante un rival quizás intimidado, algo dubitativo, y ya se sabe que estas ventajas son difíciles de levantar ante las leyendas. Tsitsipas tuvo una oportunidad de hacerse con el segundo set, pero este cayó del lado de Djokovic en el tie-break y la montaña ya se hizo enorme. El tenista de Atenas trató de no perder la compostura, aunque los puntos decisivos iban para el otro lado y en otro desempate el serbio, que siempre crece ante las dificultades, logró su propósito y se derrumbó en lágrimas al acudir a abrazar a su familia y su cuerpo técnico.

Entereza mental

“Ha sido la victoria más importante de toda mi carrera”, aseguró Novak Djokovic que en la ceremonia de premiación lucía en su sudadera el número 22 grabado. “Siento gran orgullo en estos momentos porque “ha requerido una enorme energía mental para mantenerme presente y concentrado. Si vuelvo atrás en el tiempo hace dos semanas y media no me veía con demasiadas opciones en este torneo por cómo me sentía con mi pierna”, añadió. Obviamente, se le preguntó por su disputa con Rafa Nadal y el serbio no negó que está “motivado para ganar tantos Grand Slams como sea posible. No me gusta compararme con los demás, pero es un privilegio ser parte de la discusión por ser el mejor de la historia. Es muy halagador que haya gente que me vea así”.

En cuatro meses llega Roland Garros, allí donde puede desequilibrarse quizás de forma definitiva la balanza. “No quiero parar, no tengo intención de hacerlo. Me siento increíble con mi tenis y sé que cuando me siento bien tengo opciones de ganar ante cualquiera”, lanzó un jugador que puso nota a sus prestaciones en el Abierto de Australia, donde no pierde desde 2019: “En cuanto a la cualidad de mi juego, ha sido el mejor tenis que he jugado en esta pista, tan bueno como en 2011, 2015 o 2016. Está entre las dos o tres mejores actuaciones en Grand Slam”.