Navarra

Doble salida a hombros de Perera y Roca Rey en una tarde plomiza en Pamplona

Roca Rey, ante uno de sus toros

Otra aceptable, buena, corrida de en la Feria del Toro. Victoriano del Río envió un bien presentado encierro. Tres toros, el lote de Perera, primero y cuarto, y el excelente tercero, premiado con la vuelta al ruedo, dieron caché a un conjunto que, visto lo premiado desde el palco en el serial, debió irse en el arrastre con menos orejas en su sitio. El titular estaba ya preparado para el Rocarreyazo, pero, a la postre, se fueron empatados en el marcador de la reseña el peruano y Miguel Ángel Perera. Las espadas, regulines, privaron de mayor redondez a la función. Enhebrado en los paseados a hombros anduvo Paco Ureña, más voluntarioso que capaz de transmitir emociones fuertes. Aún así, el lorquino se llevó otro trofeo del quinto, Misigato, un toro con opciones que mereció una faena más compacta y templada. Ureña mató con brevedad y ese listón bajito a la hora de blandir pañuelos le valió un trofeo, para sumar un total de cinco. El torero murciano no tuvo a penas opciones para estructurar una faena ante el segundo, Enamorado, porque el victoriano se vino pronto a menos y recortó a la mitad sus acometidas. Dio la sensación de que el primer puyazo, muy duro, le hizo claudicar más que ahormar.

Perera, con el lote primero y cuarto, que en Pamplona nadie quiere, puso todo su bagaje muleteril en acción. Templada muleta casi siempre. Al abreplaza Bocinero le manufacturó una faena limpia y asentada por ambos pitones. Se pasó de metraje y le faltó más contundencia con la espada. Oreja por petición justita. El volumen de entrega y la transmisión del encuentro entre el extremeño y el cuarto, Dulce, subió la emoción un tanto. Dulce no lo era tanto como su nombre y había que estar con mando en su cara. Perera logró en buena parte la atención de la parroquia que merendaba con una faena importante y otra oreja, esta con algo más de peso que la anterior. En definitiva, un lote enclasado y de buen ritmo. Faltó la redondez de la espada, que, por estos pagos, es imprescindible.

Roca Rey tuvo que marcharse para el hotel sin sensaciones potentes. Se esperaba potente en emoción y cantidad sus puesta en escena. No es que decepcionara, pero la gran traca inicial ante el bravo ‘Jaceno’, se quedó sin cuadratura final al fallar la mecha de la espada en primeras instancias. Solo una oreja y vuelta al ruedo, algo inesperada para el majico Jaceno. No vamos a discutir este premio porque antes habría que cantar un campana y se acabó de otras bondades del palco con los coletudos. Mucho mérito de Ureña en no deprimirse en el valle entre la segunda oreja para Perera y la espera para que Roca Rey quemara toda su pólvora. Ocurrió que el victoriano que cerraba plaza, Ebanista, no quiso mucho. Roca Rey, si, pero el acelerador para domeñar las rajadas a tablas del toro no terminó de funcional del todo. Y la tizona, otra vez, con desatino en una primera instancia muy necesaria para optar a dos orejas y ese rocarreyazo a cinco columnas. En definitiva, calorazo, no aburrimiento, pero si un poco de sensación de pólvora algo humedecida. Colorín colorado, esta tarde, con la miurada, esto se habrá acabado. Importante feria por lo ganadero.

14/07/2022