Dominio luso en la Milla internacional de Berango

En la Milla Internacional de Berango se empieza a hablar portugués. No en vano, en la XXXIV edición brillaron dos atletas lusos como Isaac Nader, que revalidó su título en la prueba de élite masculina, y Salomé Afonso, campeona de Portugal, que ofreció un auténtico recital para imponerse con rotundidad en el circuito de Gobelalde. El propio Nader se quedó a un segundo de igualar su récord del año pasado, al igual que Afonso, a quien le faltó también un segundo para igualar el registro de Esther Guerrero. Pero, más allá de los resultados, la Milla volvió a convertir Berango en una fiesta del atletismo. Los mejores atletas del panorama internacional y el deporte de base se dieron la mano en la localidad para engrandecer el atletismo.

La campeona de Portugal, Salomé Afonso, ofreció un recital sobre el circuito de Gobelalde.

El público respondió llenando el circuito y respaldó un año más esta carrera que lidera el ránking a nivel estatal. Sin duda, buena culpa de ello lo tiene la gente y el gran ambiente que se genera para animar a los participantes, que se sienten arropados desde el primer momento, incluso antes del pistoletazo de salida.

El deporte de base siempre es protagonista en la Milla de Berango.

Los deportistas lo notan y se entregan en cada edición, a pesar de que se celebra en un periodo del año en la que la mayoría de los atletas están inmersos en las primeras semanas de temporada y sufren las altas cargas de los entrenamientos, lo que provoca que lleguen con las piernas más pesadas de lo habitual.

El ganador posó con las autoridades y los atletas del club local.

A pesar de todo, en Berango se vivió un gran espectáculo gracias a la entrega del cerca de medio centenar de atletas profesionales –entre los que había ocho mundialistas en Eugene, Oregón; trece participantes en los Europeos de Múnich; tres campeones de España, dos campeones iberoamericanos, además de los campeones de la pasada edición y que ostentan los récords de la prueba, Isaac Nader (4:14) y Esther Guerrero (4:51)– y los centenares de aficionados y jóvenes promesas.

En este sentido, la prueba de élite femenina fue la primera en echar a correr. Nada más dar el pistoletazo de salida se vio toda una declaración de intenciones. Irati Fernández, del Berango Atletismo Taldea, en su papel de liebre, puso control a la parte inicial de la carrera. Sin embargo, poco después el guión saltó por los aires. Y lo hizo de la mano de la portuguesa Salomé Afonso, que enseguida se abrió paso entre las primeras posiciones, junto a Solange Pereira, Marta Pérez y Zoya Naumov.

La joven lusa de 24 años impuso un ritmo infernal a partir del final de la primera vuelta –son tres en total hasta completar los 1.609 metros– y se marchó en solitario. En la última parte, Carolina Robles le siguió de cerca en busca de un desfallecimiento tras semejante esfuerzo, pero la lusa no dio pie a sus rivales y aguantó hasta el final, conquistando un triunfo incontestable.

“No sabía muy bien lo que iba a pasar. He visto que había liebre y después de los primeros metros he dicho: ¿por qué no? y lo he intentado desde lejos. Es verdad que la parte final ha sido dura y complicada, pensaba que me podían coger, pero al final lo he conseguido”, resumió la portuguesa tras cruzar la línea de meta con los brazos en alto.

Sobre esta línea, en la prueba de élite masculina se dieron cita un total de 21 atletas. El atleta local Gorka Piedra fue el encargado de comandar el grupo tras el pistoletazo de salida. No obstante, esa posición le duró poco debido a la presión ejercida por el monarca mundial de 800 metros, Mariano García, que enfiló la carrera de forma vertiginosa hasta que alcanzó su distancia y le sobrepasaron los especialistas del 1.500. De esta manera, a partir de la segunda vuelta, Isaac Nader vislumbró el momento de pasar a la acción, junto con un grupo formado por Daniel Arce y El Khayami.

Durante los primeros compases, al luso le pesó la carga física en las piernas y eso dio pie a que otros atletas trataran de presentar su candidatura. Sin embargo, tras el penúltimo giro decidió que era su momento y ganó la posición desde el exterior del grupo de cabeza para poder llegar a la última curva con ventaja. Fue entonces cuando apretó los dientes y lanzó su feroz ataque para enfilar la recta de meta el primero y volver a levantar los brazos al cielo de Berango. “Este año no tenía una estrategia prevista. Creo que he corrido más adelante que el año pasado y al final me he guardado un poco de energía para la última curva. Quería llegar en una buena posición y ahí he apretado para poder alcanzar cómodo a la línea de meta”, resumió el portugués tras conquistar su segunda Milla de Berango.