Donostia – La segunda fase de las obras de transformación de la antigua N-I a su paso por Añorga comenzaron ayer y terminarán a fin de año, con lo que la bulevarización de toda carretera entre Añorga Txiki y Errekalde será una realidad. Así lo anunció ayer la concejala de Proyectos y Obras, Duñike Agirrezabalaga, que explicó que, una vez reformado en 2015 el primer tramo entre la rotonda de Añorga Txiki y la de Karmengo Ama (junto al caserío Unanue Berri), ha llegado el turno al segundo, entre esta última glorieta y la de Errekalde.
La corporativa socialista recordó que el presupuesto de esta actuación es de 478.821 euros y que es la empresa Jaizubia Obras y Servicios la encargada de ejecutar los trabajos, que tienen un plazo previsto de tres meses y han esperado a que se celebre la carrera ciclista Clásica San Sebastián, que tuvo lugar el pasado sábado. "La obra trata de hacer de la travesía un vial más pausado, en el que los ciclistas y los peatones adquieran protagonismo, frente al vehículo privado, cuya velocidad se aminora considerablemente".
Una de las principales actuaciones de la reforma consiste en trasladar la rotonda de Errekalde hacia el este, para dejar el espacio necesario para crear una franja de coexistencia para peatones y ciclistas junto al trazado del tren.
Para ello, la rotonda de Errekalde, que actualmente tienen dos carriles de circulación, que ocupan cuatro metros de ancho con un radio interior de 15,3 metros; cambiará su configuración. Sus tres salidas se llevarán a cabo a través de un único carril de circulación, mientras que las entradas serán en dos carriles, salvo la que viene desde Añorga, que seguirá siendo de un solo carril, precisamente para dejar sitio a la franja de peatones y ciclistas.
A 75 metros de Errekalde, en dirección al centro del barrio, se colocará un paso de peatones semaforizado, con isleta en mitad de la carretera para dar seguridad al peatón. Iluminación en la zona y una marquesina de autobús completarán la reforma en este punto.
En el mismo tramo, además, se retirará la actual valla bionda que separa las dos direcciones y se generará una mediana, que dará sensación de estrechamiento y favorecerá que los vehículos vayan más despacio.
Por otra parte, se mantendrá y alargará algo el muro de hormigón en las inmediaciones de la rotonda de Errekalde. Junto al caserío Unanue Berri, además, se crearán pasos rebajados para peatones y se ampliará la acera mediante un tramo de coexistencia con aglomerado asfáltico. También se creará otro paso de peatones iluminado entre la regata y la zona peatonal al sur de la rotonda.