Operarios de Euskal Kirol Portual (EKP) medían ayer las embarcaciones amarradas en el muelle de Donostia por consejo del Ararteko, según informaron algunos de los propietarios. Una correcta medición, con criterios iguales para todas las embarcaciones, es una de las actuaciones que EKP pretende conseguir para solucionar uno de los múltiples problemas que han ido surgiendo desde que hace un año el organismo portuario del Gobierno Vasco iniciase un proceso para reasignar las cerca de 380 plazas disponibles entre los aspirantes a ocuparlas.
El proceso para adjudicar de nuevo los amarres del muelle donostiarra para quince años estaba destinado tanto a los que ya ocupaban un puesto como a las decenas de personas que, tras años en la lista de espera, no avanzaban porque las transmisiones irregulares de amarres entre particulares no lo favorecían.
Uno de los datos que solicitó EKP en la documentación a los aspirantes eran las dimensiones del barco, con el fin de que cada adjudicatario se adaptase lo más posible a la superficie de cada plaza. En principio, cada amarre debía ser ocupado por el barco que ocupase una mayor cantidad de la lámina de agua. En caso de igualdad se establecía un sorteo. Por ello, un centímetro arriba o abajo era crucial para los aspirantes, pero se detectaron numerosos errores y mediciones diferentes para embarcaciones idénticas, entre otros fallos.
Las primeras listas de adjudicatarios publicadas fueron denunciadas por un grupo de aspirantes que llevaban años en espera y criticaron que el 90% de los seleccionados ya tenía amarre con anterioridad. Alguno acudió al Tribunal Superior de Justiticia del País Vasco.
EKP analizó las quejas y admitió que había errores y sacó unas segundas listas, que también fueron criticadas, en este caso, por titulares de barcos con amarre que quedaron excluidos y presentaron recursos de alzada porque no se les había notificado de modo personal la resolución.
En sus recursos pidieron como medida cautelar que no se les obligase a sacar el barco del agua pero, en los últimos días, han empezado a llegar algunas respuestas de EKP a los recurrentes, en las que se les rechaza esta petición, lo que implica que estas embarcaciones deberían dejar el muelle para hacer sitio a otros que han resultado adjudicatarios.
Un pequeña cantidad de barcos, cerca de una decena, según usuarios de las dársenas, ha dejado su puesto libre, pero muchos otros no lo han hecho. Algunos calculan que son 80 las embarcaciones que se han quedado sin amarre tras la tercera lista publicada en febrero.
Además de recurrir a abogados y proyectar acudir a los tribunales, algunos afectados han remitido escritos al Ararteko en los que le exponen sus quejas y detallan las decisiones de EKP que consideran injustas. Para empezar, el Defensor del Pueblo en Euskadi ha aconsejado homogeneizar todas las mediciones. Mientras, el proceso, incluido el recurso a los tribunales, sigue frenado y a la espera de decisiones.