La creación de un bidegorri en el paseo de Txaparrene de Intxaurrondo, junto a las vías del tren, será realidad en algo más de seis meses. La Junta de Gobierno prevista para este martes en el Ayuntamiento de Donostia adjudicará la obra a la empresa Obras Especiales Edificación e Infraestructuras, una de las seis que se presentaron al concurso convocado en agosto.
La reforma del paseo de Txaparrene, por el que transitan tanto peatones, como bicicletas y patinetes, además de ser una zona muy concurrida por sillas de ruedas, consistirá en la renovación del pavimento de adoquín por la instalación de un “pavimento mejor preparado para soportar la cargas a las que pudiera estar sometido”, así como la construcción de nuevas zonas separadas para el tránsito peatonal y de bicicletas.
La obra, que tendrá un precio de 826.192 euros (IVA incluido), no solo se centra en la superficie del paseo sino también en la parte subterránea, ya que incluye la demolición y sustitución de la estructura de los colectores que pasan por debajo. Se crearán nuevas conducciones separadas para aguas negras y pluviales.
La adecuación del paseo de Txaparrene para mejorar la convivencia entre todo tipo de usuarios y evitar los accidentes en el lugar fue una reclamación vecinal que fue asumida por la Junta de Distrito Este, que impulsó su ejecución.
Sin embargo, la asociación de vecinos de Intxaurrondo Zaharra (IZBE) ha emitido un comunicado público en el que critica la solución elegida de separar en algunos puntos el paso de los peatones y el de las bicicletas.
Según asegura IZBE, los problemas entre peatones y bicicletas o patines eléctricos llevaron a que la Junta del Distrito Este propusiese hacer un estudio de diseños para la convivencia, en un acuerdo que fue suscrito entre la asociación de vecinos PNV y EH Bildu en 2021.
IZBE sostiene que aquel acuerdo decía que “no se pretende una separación física entre el viario peatonal y el ciclista”, sino mejorar la señalización e instalar elementos que obliguen a aminorar la velocidad de las bicicletas y patinetes eléctricos en todo el recorrido.
Sin embargo, esta propuesta no ha sido aceptada en el proyecto elaborado por el departamento de Obras y Servicios del Ayuntamiento, que ha apostado por un diseño en el que se plantea un carril propio para bicicletas y patinetes “dejando un paseo peatonal estrecho y peligroso”, según Izbe.
La asociación critica que el espacio actualmente de coexistencia de 4,85 metros de ancho se dividirá en dos y que la zona exclusiva de peatones quedará más estrecha, con 2.00 o 2,80 metros, según las zonas. “El peatón únicamente va a poder pasear por una acera y no por un paseo como hasta ahora”, se lamenta.
Por otra parte, la Junta de Gobierno de hoy aprobará adjudicar a la empresa Campezo Obras y Servicios la obra de conexión del parque fluvial de Txomin Enea con el puente del Polígono 27. La obra tendrá una duración de tres meses y un coste de 225.000 euros.