Los viajeros pudieron este martes acceder a las nuevas zonas de la estación de Renfe en Herrera, que lleva en obras desde 2021 y finaliza su remodelación con más de un año de retraso. Los ascensores instalados para eliminar los problemas de accesibilidad, sin embargo, no han entrado aún en funcionamiento porque se encuentran a la espera de los últimos trámites y permisos, según señalaron a este diario fuentes de Renfe. La institución ferroviaria espera que los elevadores se puedan poner en marcha en los próximos días.
Los vecinos de la zona han podido ver cómo desde el pasado lunes operarios de limpieza se encargaron de adecentar la zona tras el fin de gran parte de las obras y hoy, además, se abrió el pasadizo bajo las vías. El paso peatonal había permanecido cerrado desde el inicio de los trabajos, lo que obligaba a dar un rodeo a los residentes en el entorno, que ahora podrán evitar. El reformado paso subterráneo ha quedado recubierto de un revestimiento blanco y se ha acortado para resultar más seguro.
Por el momento, el escudo del municipio de Altza, al que pertenecía la estación cuando se construyó y que lucía en una de las entradas al pasadizo, no se ha repuesto, aunque podría colocarse en los próximos días, tal y como reclamó hace dos años Altzako Historia Mintegia (AHM).
El roble situado cerca, que se iba a a talar al inicio de los trabajos, lo que motivó la protesta de numerosos ciudadanos, ha seguido en pie, por lo que seguirán dando sombra.
La obra de reforma del apeadero de Renfe en Herrera fue adjudicada en febrero de 2020 aunque, con la pandemia de por medio, no comenzó hasta el año siguiente. El plazo de obras, en principio, era de 14 meses, aunque se ha superado por distintas modificaciones. La obra fue adjudicada por 2,7 millones de euros.
La estación de Renfe en Herrera da servicio a zonas ampliamente pobladas, como Altza y Trintxerpe, y en ella se suben cada día más de un millar de personas.
Su transformación para conseguir una parada de tren accesible había sido solicitada por vecinos y colectivos desde hace más de quince años. De hecho este apeadero era el único de Donostia al que solo se podía acceder mediante escaleras, lo que suponía un problema para los viajeros con problemas de movilidad y está fuera de las normativas legales actuales.
El Ayuntamiento de Donostia había reclamado en varias ocasiones a Renfe la mejora de esta estación.