La candidata a la alcaldía de Donostia por el PSE, Marisol Garmendia, ha propuesto este jueves vender el estadio de Anoeta a la Real Sociedad con el fin de lograr fondos con los que financiar la rehabilitación de toda la ciudad deportiva de Anoeta, una necesidad que se ha hecho patente en los últimos años.
Como se recordará, el estadio es propiedad de la sociedad municipal Anoeta Kiroldegia, que lo tiene cedido a la Real Sociedad, por un periodo de tiempo. La rehabilitación de las demás instalaciones de Anoeta tendría un coste mínimo de 14 millones de euros, según las últimas cifras conocidas.
En su comparecencia junto al campo de fútbol, Garmendia ha señalado que tanto la reforma de las instalaciones de Anoeta como el acondicionamiento de Illunbe para convertirse en pabellón multiusos, como contempla el Ayuntamiento, podrían ser financiados con la venta a la Real Sociedad del estadio. "Es el cierre de un triángulo de oportunidades y necesidades. Por un lado, la ciudad consigue unos recursos económicos extraordinarios y por otro la Real Sociedad patrimonializa las inversiones haciéndose con la plena propiedad del estadio", ha señalado la actual portavoz socialista en el Ayuntamiento.
“A día de hoy el uso del estadio ya está vinculado prácticamente al 100% al equipo txuriurdin, por lo que a efectos prácticos no supondría una variación en el uso y destino de esa instalación. A cambio, la ciudad podría conseguir unos recursos económicos muy necesarios para proceder a la renovación de la ciudad deportiva de Anoeta", ha añadido.
La Real Sociedad y Anoeta Kiroldegia firmaron un convenio en 2016 el virtud del cual el club deportivo pagaría 36 millones de euros para financiar la reforma del estadio a cambio de poder explotar el campo de fútbol hasta agosto de 2067.
El convenio fija una concesión demanial, de la que se excluyen las oficinas de Anoeta Kiroldegia, la casa de cultura Ernest Lluch, la Kirol Etxea en la que se asientan las federaciones y otras dependencias. Aunque la Real Sociedad ha mostrado en alguna ocasión su deseo de hacerse con la titularidad íntegra del estadio, el hecho de que la instalación sea un bien demanial y no patrimonial hace más difícil su venta.