La pescadería Espe, ubicada en el puesto número 12 del mercado de la Bretxa de Donostia, recibió el mes pasado una mención especial en los Premios Nacionales al Comercio 2020 por su innovación
El 23 de febrero de 1938 el Ayuntamiento de Donostia le asignó a la navarra Amalia Berástegui el puesto número 12 de pescadería del mercado de la Bretxa a cambio de 125 pesetas. Decidió poner al establecimiento el nombre de una de sus hermanas, Espe, y desde entonces el negocio ha seguido en pie durante tres generaciones. Hoy en día, 83 años después de su apertura, es la nieta de Amalia, Carol Archeli, la que se encarga de la pescadería, un puesto que ganó una mención especial en los recientes Premios Nacionales de Comercio 2020.
Archeli suele ir todos los días a las 5.00 horas a comprar el género al puerto de Pasaia, aunque también lo adquiere en Ondarroa o en algunos puertos de las Landas, en Francia. "También hay pescados que vienen de fuera, por ejemplo el salmón llega de Noruega. Pero la mayoría es de aquí mismo", explica.
Su principal clientela son particulares de Donostia y alrededores que van al mercado directamente o utilizan otras herramientas para poder conseguir el pescado: muchos hacen la compra online por la página web de la pescadería o por WhatsApp para que después los repartidores del establecimiento lleven el producto a sus casas.
"No sé exactamente cuáles han sido las claves para ganar esta mención especial, pero a nosotros en 2019 el Gobierno Vasco nos dio el Premio a la Innovación Comercial y yo creo que los tiros van por ahí. Me acuerdo de que entonces la frase era por utilizar con maestría las nuevas tecnologías en la venta diaria, que al final es lo que hacemos", explica Archeli a NOTICIAS DE GIPUZKOA, y añade que esta mención es un "ánimo para seguir adelante".
Y es que su negocio nunca ha dejado de adaptarse a los nuevos tiempos con el fin de que la pescadería funcione. "Al final, te das cuenta de que a la gente le cuesta mucho venir al mercado entre semana porque en las familias todos trabajamos, las mujeres y los hombres, y es muy difícil venir, sobre todo a las mañanas, que es cuando trabaja la mayoría de la gente. Entonces, decidimos que si los clientes no podían acercarse al mercado, teníamos que llegar nosotros a sus domicilios", subraya.
Para llevar a cabo ese objetivo, no tuvieron más opciones que empezar a digitalizarse. Lo están consiguiendo poco a poco, pero Archeli considera que todavía tiene muchas tareas pendientes. "Nosotros somos siete trabajadores y en un comercio pequeño como este en el que tan pronto te toca barrer como digitalizarte, tampoco tenemos mucho tiempo. Me gustaría avanzar y tengo un montón de proyectos en la cabeza, pero no puedo ponerlos en marcha porque tengo que estar en la pescadería al pie de cañón todos los días", admite.
Primero empezaron a funcionar en las redes sociales y también diseñaron una página web "sencilla" que con el tiempo la han ido mejorando. "Luego fuimos viendo las necesidades de la gente, sobre todo joven, que quiere comer pescado pero no sabe cocinarlo o le asusta hacerlo. Pensamos que había que explicar de una manera sencilla cómo preparar el pescado en casa y empezamos a hacer videorrecetas. La verdad es que eso nos ha servido para atraer a la clientela joven", indica.
Archeli cuenta que los hábitos de consumo han cambiado mucho durante todos estos años, sobre todo respecto al preparado. "Si antes vendíamos una merluza, casi siempre la vendíamos entera y en casa cada uno se apañaba para hacer filetes, cortar el cogote o hacer rodajas. Ahora el 99% de la gente la lleva fileteada, sin piel y partida para llevar a casa y no tener que hacer nada", explica.
Según señala, a los clientes les gusta comer bien en casa con productos locales, pero prefieren que se lo pongan fácil porque "el ritmo de vida va muy rápido" y no tienen tiempo para cocinar tranquilamente. La pescadería Espe intenta ayudar a la gente ofreciéndoles siempre el mejor género. "No es lo mismo comprar en los grandes almacenes que en una pescadería pequeña de barrio en la que se trata con mucho más mimo el pescado. Yo conozco a todos los proveedores, los barcos, la zona donde pescan, cuándo vienen, cuándo van... Conozco mi artículo perfectamente. Eso en las cadenas no suele pasar, pero creo que tampoco son una especial competencia para nosotros", concluye.