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Gipuzkoa

Donostia: Los locales de comida preparada se suman al programa de alimentación para 'sintecho'

El Ayuntamiento reserva 285.000 euros para sufragar menús en espacios hosteleros en 2023
Alimentos entregados a un joven que acude a recibir una cena solidaria.
Alimentos entregados a un joven que acude a recibir una cena solidaria.

Los locales de comida preparada de Donostia podrán participar también en el programa municipal de alimentación para las personas sin hogar Otorduak, según la decisión adoptada por el departamento de Servicios Sociales. La Junta de Gobierno de la próxima semana aprobará el adelanto del plazo para que los locales hosteleros soliciten las correspondientes subvenciones por participar en el programa a lo largo del año 2023, un ejercicio en el que, por primera vez, podrán incluirse los take away, locales especializados en comidas para llevar, cada vez más abundantes en la capital guipuzcoana.

La Junta de Gobierno aprobará también destinar un gasto de 285.000 euros para estas comidas a lo largo de 2023, una suma que podrá aumentar si se detecta la necesidad.

Hasta el momento, y desde la implantación del sistema Otorduak hace año y medio, solo los bares y restaurantes habían sido invitados a participar en una iniciativa, que pretende que las personas sin domicilio fijo puedan alimentarse correctamente con un menú diario en un bar o restaurante adscrito a la propuesta. Tras el almuerzo, los asistentes reciben una bolsa con comida para la cena.

Unos trece bares de la capital guipuzcoana forman parte ahora del listado de locales hosteleros al que pueden acudir las personas sin hogar a degustar su menú, en idénticas condiciones que los demás comensales. Para ser admitido en este programa es necesario que la persona cumpla algunas condiciones como, por ejemplo, comportarse correctamente con el resto de la clientela.

Las plazas que ofrecen estos establecimientos se han llenado al 70%, por lo que queda aún margen para que nuevas personas se adhieran a la iniciativa. Unas 60 personas han tomado parte en el programa.

La incorporación de los locales de take away busca que el Ayuntamiento permita “dar una respuesta rápida en situación de urgencia”, señala el dictamen que recibirá luz verde del Gobierno local el martes.

Aunque al Ayuntamiento no le compete por ley la alimentación de los ciudadanos, esta prestación complementaria de los servicios sociales “es una necesidad de primer grado que, en los últimos años se ha hecho más acuciante en Donostia”, añade el documento.

Por ello, el Consistorio considera necesario establecer “un abanico de opciones” para que las personas en situación de vulnerabilidad puedan acceder a la alimentación de distintas formas “según sean sus habilidades y su situación social, económica o residencial” y la alimentación en restaurantes es una de ellas.

El departamento de Servicios Sociales considera que, según y cómo se preste la oferta de alimentación, se potenciará “una mayor interrelación entre las personas en exclusión y el resto de la ciudadanía” o, por el contrario, la segregación de “ colectivos con dificultades, ahondando en un sistema de relaciones sociales débil que difícilmente será un factor que apoye cambios en su vida”.

Con estos argumentos, el Ayuntamiento ha rechazado hasta el momento la instauración de un comedor social, una idea que se barajó en el pasado pero no llegó a materializarse.

Recientemente, los grupos vecinales que empezaron hace dos años a ofrecer cenas calientes a las personas sin hogar en la Parte Vieja, Egia y Amara, reclamaron públicamente que el Ayuntamiento implante un comedor social para las personas necesitadas.

La red Kaleko Afari Solidarioak informó de que ha ofrecido hasta ahora una media de 150 cenas al día. 50 de ellas en la Parte Vieja, 70 en Egia y 30 en Amara, lo que supone unas 67.000 cenas en las calles en Donostia. Asimismo calculó que su tarea solidaria les había costado 134.000 euros.

El pasado verano, el Ayuntamiento dio a conocer un informe sobre los usuarios de estas cenas solidarias, en el que se reveló que los comensales habían sido un total de 136 personas (135 hombres y una mujer), de las que el 71% cumplimentó un cuestionario sobre su situación.

Todos los que habían cenado gracias a la iniciativa vecinal eran personas sin hogar, la mayor parte muy jóvenes. El 59% tenían entre 18 y 29 años mientras que otro 30% contaba con entre 30 y los 44. Más del 91% procedía de países del Magreb y ocho de cada diez se alimentaban también en otros lugares.

2022-12-11T07:22:13+01:00
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