El Tribunal Superior de Justicia del País Vasco (TSJPV) ha rechazado el recurso interpuesto por los propietarios del restaurante y hotel Xanti, de Anoeta, que presentaron una reclamación al Ayuntamiento de Donostia por los daños económicos sufridos en su negocio durante los meses de junio a agosto de 2018, un periodo en el que se desarrollaron parte de las obras de ampliación del estadio.
El TSJPV ha ratificado así una sentencia anterior del juzgado contencioso administrativo de Donostia, que desestimó la reclamación de responsabilidad patrimonial, que había sido presentada por el hotel. El establecimiento alegó que había sufrido pérdidas en el negocio durante el periodo de obras y las achacaba a los trabajos de ampliación del estadio.
La sentencia dictada por el TSJPV cree que el segundo recurso de los dueños del Xanti no acredita que el establecimiento tuviera que soportar incomodidades mayores a lo normal o “consecuencias desproporcionadas” para el negocio por las obras.
Asimismo, considera que los demandantes no han demostrado que existieran errores en las valoraciones de las pruebas de la anterior sentencia, que pretendían anular.
El fallo de contencioso administrativo de Donostia había señalado que que no ha quedado demostrado que el funcionamiento del restaurante y hotel se viera “paralizado” durante el tiempo de ejecución de los trabajos. Asimismo, calculó que el descenso de ingresos en esos tres meses pudo rondar el 10%, comparándolos con las cuentas de explotación de ejercicios precedentes.
Aunque los jueces admiten que unas obras de envergadura como las del estadio pueden afectar al rendimiento de los negocios, dicen que los perjuicios fueron “razonables”. Asimismo, consideran que los perjuicios económicos de una intervención como la de Anoeta pueden considerarse “meras cargas sociales que el administrado está obligado a soportar” y que las obras públicas “redundan en beneficio de la comunidad”.
Afección elevada
Así, el fallo de TSJPV determina que no se ha probado que las actividades del negocio quedasen interrumpidas “ni una afectación económica lo suficientemente elevada como para justificar la concesión de una indemnización”. La sentencia, además, obliga a los demandantes a pagar las costas y puede ser recurrida en casación.
Los dueños del restaurante y hotel Xanti decidieron pedir daños y perjuicios a causa de las obras del estadio por considerar que la actividad de las obras, con ruidos constantes, incertidumbre sobre los cierres viarios de la zona y otros aspectos, estaba afectando económicamente al negocio.
La familia que lleva las riendas del establecimiento se quejó, además, de sentirse “abandonada” por Anoeta Kiroldegia, la empresa municipal responsable de las obras, y el propio Ayuntamiento, al que fueron dirigiendo las distintas quejas. “Se pasan la pelota y nos sentimos maltratados”, declararon entonces a este periódico los responsables del establecimiento hostelero.
Asimismo, como ejemplo, señalaron que en los peores momentos servían diez menús al día en cuando el año anterior eran 60. También destacaron haber tenido que anular reservas a clientes por cierres anunciados de los viales, que finalmente no se produjeron en esas fechas.