Gipuzkoa

Polideportivo de Altza: "Creíamos que no lo íbamos a conocer nunca y aquí está"

INSTALACIONES DEPORTIVAS
Jacoba y Tina, dos vecinas de Altza que estrenaron la piscina que tanto echaban de menos y donde aprendieron a nadar.

"Creíamos que no lo íbamos a conocer nunca y, sin embargo, aquí está. Estamos muy contentas". Así lo confesaban este miércoles dos vecinas octogenarias de Altza, Tina Arias y Jacoba Figueiro, a la salida de su primera visita al nuevo polideportivo, que abrió sus puertas con mucha afluencia de público e, incluso, colas.

Ambas vecinas se mostraban satisfechas por el resultado de las obras y admitían que han echado mucho de menos su polideportivo, ya que han tenido que trasladarse a otras piscinas, como las de Bidebieta e Intxaurrondo, para poder prácticar el deporte que tanto bien les hace. Las dos llevan años practicando la natación y aprendieron a nadar en el viejo polideportivo de Altza hace más de treinta años.

Tina, de 83 años y vecina de Harri Berri, muy cerca de la instalación, acostumbra a hacer 30 largos en la piscina de 25 metros y se muestra encantada con la instalación. "Faltan aún algunas cosas, como por ejemplo las repisas para dejar los jabones en las duchas, por lo que hay que dejarlos en el suelo", recalca, pero confía en que estos remates se coloquen pronto.

Su compañera Jacoba, de 80 años, vecina de la zona de Elizasu, también está feliz de volver a la instalación en la que aprendió a nadar sin clases, solo mirando a los demás.

El vecino de Roteta Juan Domingo, de 72 años, también se mostraba contento con la instalación tras su primera sesión de gimnasio en el interior. "Al principio empecé haciendo natación pero ¡hacía un frío por aquel pasillo!", recuerda, por lo que cambió al gimnasio. Durante las obras, ha sido asiduo a la instalación de Casa Nao que, a su juicio, "está muy bien, como ésta".

Isabel Moreno, de 77 años, se mostraba muy interesada en conocer el nuevo polideportivo porque, entre otras cosas, no dependerá de autobuses, Topo o de su marido marido para poder hacer deporte. "Me hace mucha ilusión que lo hayan abierto", señalaba a punto de entrar en la instalación.

A pesar del mal tiempo, con lluvia y viento, muchos no quisieron perderse el primer día de apertura de la nueva sede deportiva donostiarra y acudieron a probar las estancias que frecuentarán a partir de ahora. Entre las 7.30 y las 8.00 horas, media docena de personas ya habían entrado en la nueva instalación. Y el goteo siguió toda la jornada.

Hasta media tarde, más de 600 personas han entrado en la sede deportiva para conocerla y practicar su deporte favorito. El 75% de ellas han sido vecinas del barrio y muchas, familias con sus niños.

 

José Méndez, de 47 años, consideraba que la instalación está "muy bien" pero, en su opinión, "le faltan cosas más básicas" para los ejercicios de musculación y culturismo a los que él se dedica. Aunque, en general, cree que el nuevo edificio "está muy bien" considera que hay "un poco demasiado" de algunas máquinas y escasez de las más sencillas.

El altzatarra Ibon Vitoria, de 49 años. era mucho más crítico con el gimnasio de máquinas. "En este tiempo, he estado yendo a un gimnasio de Irun, que está muy bien, y desde luego voy a seguir. No me voy a abonar aquí", aseguraba. Para él, conocer el nuevo gimnasio ha sido una desilusión, ya que no ha cubierto la expectativas. "No nay discos de 200 kilos para hacer sentadillas", se quejaba el culturista, que añadía que la instalación está "más dedicada a cardio". A su juicio, las máquinas están demasiado cerca unas de otras y, además, cree que hay marcas mejores en el mercado. "He venido supercontento pero ni me voy a apuntar", lamentaba.

Su padre, Matías Vitoria, de 87 años, por su parte, veía bien la instalación, ya que solo esperaba de ella una buena cinta de andar para los días de lluvia que desaconsejan hacer kilómetros al aire libre, como ayer. "Para mí está bien", señalaba.

Más optimistas eran las estudiantes Laura Zambrano, de Pasai Antxo, y Karen Plata, de San Pedro, que habían acudido a un cursillo de tonificación y habían salido convencidas de hacerse la Kirol Txartela. Laura, de 22 años y estudiante de un máster de transformación digital, admitía no ser una gran deportista. "Me ha gustado estar en la clase con gente y me ha motivado mucho; después de estos dos años es el momento de empezar", decía con ganas.

También Karen estaba contenta por haber estrenado una instalación, que le animó a hacerse socia de Donostia Kirola. Esta alumna de escritura de guiones recalcaba: "Me ha gustado mucho, es muy bonito".

21/04/2022