Dormir desnudo o con pijama es una decisión totalmente personal que depende de las preferencias y de las circunstancias de cada uno. Mientras unos optan por prescindir de la ropa a la hora de ir a la cama por su mayor comodidad, otros se inclinan por la calidez y la sensación de seguridad que proporciona el pijama. Lo más importante es elegir la forma que te haga sentir mejor y que te permita tener un buen descanso.
Aunque meterse a la cama vestido sigue siendo una cuestión cultural, en los últimos años la tendencia a dormir sin ropa parece ir ganando terreno. Diversos estudios científicos han mostrado los potenciales beneficios de dormir desnudo y entre ellos destacan una mejor calidad del sueño gracias a una regulación más efectiva de la temperatura corporal.
La ausencia de ropa nos hará dormir más relajados y menos estresados precisamente por esa comodidad y libertad de movimientos que nos proporciona dormir desnudos. Esto también contribuirá a una mejor salud íntima, puesto que al haber mayor ventilación se reducirá el riesgo de infecciones fúngicas y bacterianas, como es el caso de la candidiasis vaginal en las mujeres. En el caso de los hombres, la menor temperatura, mejorará la calidad del semen.
Estudios recientes señalan que dormir desnudo estimula además la liberación de hormonas como la oxitocina, asociada a la reducción del estrés y a una mejora del estado de ánimo. Coinciden también en que pasar tiempo desnudo está asociado con una más alta autoestima y una percepción más positiva del propio cuerpo. La falta de ropa en la cama favorecerá también la conexión en pareja y el contacto piel con piel actuará como un aliciente para el deseo y las relaciones sexuales.
Inconvenientes del desnudo
Acostarse desnudo no está exento de aspectos negativos y entre ellos destaca la sensación de frío ante las bajas temperaturas o en habitaciones sin calefacción, donde meterse a la cama sin ropa puede resultar incómodo y dificultar la conciliación del sueño. El pijama proporciona una capa adicional de aislamiento térmico, lo que puede ayudar a mantener la temperatura corporal óptima durante la noche.
Otro punto en contra de irse a la cama sin ningún tipo de prenda es la mayor exposición a alérgenos presentes en la ropa de cama o en el colchón, como es el caso de los ácaros del polvo, que pueden desencadenar reacciones alérgicas en tu piel.
Sin pijama, también es posible sentirse más vulnerable a pequeños rasguños o golpes durante la noche, así como a roces o irritaciones al frotarse el cuerpo directamente contra las sábanas.
Dormir con pijama proporciona además una sensación de seguridad que puede facilitar la conciliación del sueño y una sensación de privacidad, sobre todo si compartes cama con otra persona.
Desventajas del pijama
A la hora de acostarse con ropa, tampoco son todo ventajas puesto que si hace mucho calor o la temperatura en la habitación es elevada, el pijama nos dará aún más calor, sudaremos y no nos podremos dormir o nos despertaremos durante la noche.
Si el pijama es demasiado ajustado o está confeccionado con materiales rígidos, puede limitar nuestros movimientos y resultarnos incómodo. Algunas personas pueden experimentar reacciones alérgicas a ciertos materiales como el látex, los tintes o las fibras sintéticas, lo que podría causar irritación en la piel. Siempre es bueno elegir tejidos naturales como el algodón, la lana o la seda.
El pijama, al acumular células muertas de la piel, bacterias y otros residuos corporales, si no se lava regularmente puede causar problemas de higiene o en la piel.
Ya lo ves, la elección de dormir desnudo o con pijama va a depender de cada persona y ambas opciones tienen ventajas e inconvenientes, por lo que es importante tenerlos en cuenta y valorar en cada momento cuál de las dos opciones es la mejor para ti.