Un nuevo estudio ha descubierto que el sueño saludable tiene un impacto positivo en la gratitud, la resiliencia y el florecimiento en adultos, aumentando considerablemente los aspectos positivos de tu vida.
Los resultados, presentados en la reunión anual de SLEEP 2024, muestran que la somnolencia subjetiva y los trastornos del estado de ánimo mejoran cuando se acuestan más temprano, lo que prolonga el sueño una media de 46 minutos por noche, y empeoran cuando se acuestan más tarde, lo que reduce el sueño nocturno una media de 37 minutos.
Las medidas de prosperidad, resiliencia y gratitud mejoraron significativamente a lo largo de la semana con la prolongación del sueño y empeoraron significativamente con la restricción del sueño. Los participantes que prolongaron el sueño también escribieron el doble en su lista de agradecimientos que los demás participantes en el estudio.
"Los datos de las encuestas indican que la felicidad ha disminuido en Estados Unidos en los últimos años y, durante el mismo periodo, los problemas de sueño han sido generalizados", apunta el investigador principal Michael Scullin, doctor en psicología y profesor asociado de psicología y neurociencia en la Universidad de Baylor en Waco (Estados Unidos).
"Aunque se reconoce que la pérdida de sueño empeora los síntomas de salud mental, no ha habido estudios experimentales para probar si aumentar el sueño mejora los aspectos positivos de la vida como los sentimientos de propósito, esperanza y gratitud", añade.
En el estudio participaron 90 adultos que fueron asignados aleatoriamente a acostarse tarde, a acostarse temprano o a dormir normalmente a lo largo de una única semana laboral y fueron monitorizados mediante actigrafía. Los resultados primarios fueron cambios en el estado y los rasgos de los sentimientos de prosperidad, resiliencia y gratitud, así como expresiones conductuales de gratitud.
Los efectos de una mala salud del sueño están bien documentados. La Academia Americana de Medicina del Sueño y la Sociedad de Investigación del Sueño recomiendan que los adultos duerman siete horas por noche de forma regular para promover una salud óptima, la productividad y el estado de alerta durante el día.
Scullin observó que aumentar experimentalmente el sueño mejoraba estos atributos positivos, que están en la base del bienestar y entre los fundamentos de los comportamientos prosociales. "Aumentar sutilmente las horas de sueño incrementó la gratitud, la resiliencia y la sensación de prosperar en la vida", concluye Scullin.