La compra de la vivienda marca uno de los momentos vitales más importantes. Supone una fuerte inversión y es el lugar en el que uno va a construir la que será su vida a partir de entonces.
Para hacer de la casa un auténtico refugio, habrá que esmerarse en darle a cada estancia un toque personal. Si hay una habitación especialmente importante es el dormitorio, ya que este se debe dotar de las condiciones necesarias para garantizar un buen descanso.
El color de las paredes, el tipo de muebles, las lámparas, los textiles e incluso los objetos decorativos son elecciones muy personales, y todo ello de forma conjunta va a crear la esencia del hogar.
Las opciones van desde las composiciones más clásicas hasta las más modernas y, a medio camino entre unas y otras, se sitúan la mayoría de las casas que, fruto del paso del tiempo, acaban combinando estilos y elementos decorativos de lo más variopintos.
Y precisamente, hablando de ese paso del tiempo, hay algunos detalles que señalan que un dormitorio ya se ha quedado anticuado y que pide cambio. Algunos de ellos son:
1- Papel pintado fuera de tendencia
El papel estampado tipo damasco que tanto se llevaba allá por los años 90 o esos antiguos papeles de grandes flores, rayas de colores brillantes o diseños geométricos son una clara señal de que el dormitorio está pasado de moda.
2- Gotelé
Esta técnica de pintura al temple y acabado en grano fue muy popular allá por los años 60. Las ciudades crecían a una velocidad de vértigo y su principal objetivo era ocultar las imperfecciones que presentaban en sus paredes todas esas viviendas construidas a batalla. En algunos países se conoce al gotelé como popcorn ceiling, por su parecido con las palomitas de maíz.
3- Cabeceros muy clásicos
Los cabeceros de cama grandes, con una decoración muy clásica, con elementos barrocos, estampados, de forja, de madera oscura o los de tipo cortina transportan a otra época pasada y ya no se llevan.
4- Camas con plataforma
Las camas colocadas sobre una plataforma triunfaron en los años 70 y regresaron en los 90. Sin embargo, si priorizas la comodidad a la hora de hacer la cama y la protección de tus espinillas de posibles golpes, lo mejor es que vayas pensando en otro tipo de cama.
5- Mesillas demasiado grandes
Tradicionalmente, las mesitas que se colocaban a ambos lados de la cama solían ser voluminosas y pesadas. Ahora, las versiones más modernas, ofrecen diseños más ligeros, de menor tamaño, suspendidos del suelo, incrustados en el cabecero de la cama, etc.
6- Textiles recargados
Los textiles de satén o brocados, o los estampados muy recargados en cortinas, colchas o alfombras, ya no se llevan, y mucho menos juntos. Además, tener demasiados cojines con patrones o texturas muy diferentes, o muy iguales al resto de la decoración, puede hacer que el dormitorio luzca anticuado.
7- Excesiva simetría
Aunque hablando de muebles la simetría suele ser atractiva, lo moderno ahora es lo curvo. Tómate la licencia de crear contrastes jugando con texturas, materiales o colores, ya que los tonos neutros y sin carácter darán a tu dormitorio un aspecto envejecido.
8- Lámparas de tipo Tiffany
Este objeto decorativo nos devuelve a los años 80 y es considerado como parte del movimiento del Art Nouveau. Es un símbolo de originalidad, estilo y elegancia, pero de otro tiempo.
9- Tapetes de ganchillo
¿Quién no recuerda un tapete de ganchillo sobre una mesa camilla o protegiendo los brazos o el respaldo de un sofá? Aunque hay objetos del pasado que se recuperan bajo la etiqueta de vintage, este en concreto ha quedado ya muy desfasado.
10- Muebles de pino
Fueron el último grito en los años 80 y 90 al ser los protagonistas indiscutibles de los dormitorios. Camas, estanterías, librerías, armarios, mesillas, cómodas... todo era de pino. Sin embargo, ahora que prima la decoración minimalista y moderna, este tipo de muebles pueden resultar demasiado rústicos.
Si aún conservas en tu dormitorio uno o más de estos objetos y ya no te gustan, tal vez sea el momento de darle una vuelta. Actualizar pequeños detalles puede hacer de esa estancia un espacio más fresco y moderno sin tener que hacer un gran desembolso.