Las pruebas para dar luz verde a los viajes con agua potables del Dutch Spirit arrancaron ayer lunes tanto a nivel de infraestructura como sanitario. Lo primero acometido por el CABB ha sido la instalación de una bomba de impulsión para que el agua de las tuberías subterráneas de las instalaciones del Puerto de Bilbao en Santurtzi suba a la altura del muelle. Allí se han instalado una conducción rígida que recorre unos 50 metros hasta acercarse cerca del buque cisterna. En este punto se ha unido a otra conducción flexible la cual desemboca en una de las tomas con las que cuenta el barco para que el agua llegue a su depósito bajo cubierta.
Luego han llegado los exámenes sanitarios. Janire Bijueska, directora del gabinete de apoyo a la presidencia del CABB, relata cómo “se toman muestras de referencia de la red general y después del agua una vez en el depósito”. De esta forma se comprueba la trazabilidad completa tanto del tubo de conexión como de la cisterna. El barco tenía acreditada una limpieza exhaustiva pero Salud y el Consorcio quieren un escenario totalmente controlado. “De momento, las primeras muestras están siendo totalmente favorables y positivas”, reveló ayer lunes Bijueska. Pero al menos quedan 48 horas para tener los resultados definitivos que se van a obtener de forma duplicada en los laboratorios de Salud y el CABB. De ahí que todo el proceso se prolongue durante toda esta semana ya que la recogida de muestras y sus análisis se repetirán igualmente cuando el buque llegue a Bermeo. Hasta que todo los chequeos no estén completos, Salud no autorizará el trasiego de agua potable por esta nueva vía marítima.