La paralización de las obras en Anboto Dorrea por parte de Construcciones Urrutia no ha sido la única en Bizkaia que ha protagonizado la firma alavesa. Aunque ayer jueves informamos de que eran cuatro proyectos residenciales los que tenían paralizados sus tajos, finalmente solo es uno de ellos en el que se ha rescindido el contrato, mientras que en otros dos, Urrutia les ha informado de que tiene que aumentar los costes de la obra para poder continuar con la misma.
En estos momentos, los responsables de estas promociones, también en régimen de cooperativa como la de la torre de Garellano, están analizando si rescindir el acuerdo o continuar el proyecto con Urrutia incrementando como consecuencia el precio final de las viviendas.
El proyecto en el que la constructora perteneciente al grupo financiero Urbas ha dejado el tajo también es el que se llevaba a cabo en la zona ubicada entre Ametzola y Rekalde. Se trata de un bloque residencial que pilota la promotora Trima en el que está previsto albergar 65 viviendas después de que haya tirado ya un edificio industrial y dejado una sección para abrir y dar continuidad a la calle Andrés Isasi hasta el parque de Ametzola. Fuentes de Urbas confirmaron ayer jueves que Urrutia no continuará con ese proyecto después de no llegar a un acuerdo con la promotora.
El planteamiento realizado a Trima sobre la necesidad de variar las condiciones del contrato inicialmente previsto, aumentando el precio total del mismo obligado por el aumento de coste de materiales, es idéntico al que Urrutia ha propuesto a la gestora de cooperativas Biurban en dos de sus promociones que ayer jueves informábamos que estaban paradas pero que en realidad siguen activas. Una de ellas es la construcción de un edificio compuesto por 36 viviendas sito en la calle Zabalbide, en el barrio de Santutxu. La promoción, bautizada como Itsas Izar, inició su cimentación en enero del pasado año.
La otra intervención de la constructora es Atalaya Santurtzi, una promoción de 81 viviendas en régimen de cooperativa en la localidad marinera, en un solar con grandes vistas que linda con Portugalete.
En ambos casos, las obras siguen adelante, pero se encuentran en un impasse a la espera de que los cooperativistas tomen una decisión sobre si aceptan el planteamiento de Urrutia para incrementar el coste final de sus viviendas o deciden, como ha ocurrido en el caso de la torre de Garellano, resolver el contrato y buscar otra constructora que concluya las obras.
Análisis del contrato
Según ha podido saber este periódico, desde Biurban se está analizando jurídicamente el nuevo escenario del que se ha informado puntualmente a los cooperativistas, los cuales tomarán una decisión definitiva en una asamblea que tendrá lugar antes de abril.
También en febrero, y según informaron fuentes municipales a través de un comunicado, la unión temporal de empresas (UTE) compuesta por Ecisa y Construcciones Urrutia, ambas pertenecientes al grupo Urbas, renunciaron a un contrato firmado con el Ayuntamiento de Alicante para la construcción de un nuevo parque en la ciudad que fue adjudicado a ambas.
Hasta hace unos años Urrutia era una constructora de confianza para las promotoras, gestoras de cooperativas y proveedores. Es más, el Grupo Arrasate la tuvo como socia para levantar la cuarta torre de Garellano, al lado de la quinta, y todo el proceso se desarrolló sin problema alguno.