Recuperar la historia de la villa será uno el objetivo principal de esta actuación cuya presentación tuvo lugar ayer jueves. El Ayuntamiento de Durango impulsará dos estudios arqueológicos que descubrirán las raíces de Durango, centrándose en dos puntos de la villa, alrededor de la actual ermita de Tabira y en la zona donde se ubicaba la ermita San Vicente, donde fue hallado el famoso Ídolo de Mikeldi, que actualmente está expuesto en el Museo Vasco de Bilbao.
Para desarrollar este trabajo que se centrará en varios días y que de momento no tiene fecha exacta para llevar a cabo, se utilizará la técnica de prospección georradar, que permitirá averiguar, de forma indirecta, la estructura del subsuelo a partir de la transmisión de impulsos electromagnéticos y de la posterior recepción de las reflexiones generadas por discontinuidades presentes del terreno.
Un equipo de profesionales, formado por el doctor y miembro de la Real Academia de Historia Luis Valdés, junto al doctor Antxoka Martínez de la Sociedad Aranzadi y el geólogo y técnico del C.A.I. de la Universidad Complutense, Javier Valles, además de un técnico 3D, elaborarán este informe que podrá dar a conocer los inicios de la villa desde el siglo ocho hasta el diecisiete.
En la presentación ayer jueves adelantaron que “vamos a ciegas”, en referencia a los pocos indicios existentes que avalan esta investigación. Los arqueólogos se agarran a distintos documentos de la época donde se nombra al Conde o Señor de Durango, al igual que el Condado de Durango y el Condado-Señorío de Vizcaya, dos entidades distintas que sirvieron en momentos de su historia a reinos diferentes. “Ahora queda la iglesia, sabemos que alrededor hubo enterramientos en el siglo once y que D. Gonzalo de Otálora y Guissassa en 1634, con un párrafo en la Micrología de la Merindad de Durango, describe que la edificación que está en frente de la iglesia de San Pedro es el palacio y habitación de los Señores, conocido con el nombre de Tavira”, explicó en la presentación de ayer jueves Luis Valdés. Sin embargo poco más se sabe de aquella época, por lo que investigarán el subsuelo de alrededor de la actual iglesia y también los terrenos situados en frente, es decir, al otro lado del río Mañaria.
El trabajo de campo se estima en dos días, aunque para realizar los trabajos las condiciones ambientales adecuadas deben prever ausencia de lluvia tanto en los días previos como durante la campaña. Los responsables prevén realizar los trabajos a finales de marzo.