La movilización vecinal que se lleva a cabo en San Jorge-Sanduzelai para reclamar al Ayuntamiento de Pamplona una solución a los problemas de movilidad que sufre el barrio ha logrado su primer objetivo: ser escuchados.
Después de meses de silencio institucional (desde el verano los vecinos llevan pidiendo que se tengan en cuenta sus demandas), el grupo municipal de Navarra Suma ha aceptado finalmente bajar al barrio para conocer de primera mano las propuestas del vecindario.
Era de una de las reclamaciones que los colectivos habían solicitado y que los grupos de la oposición han apoyado en varias ocasiones en la Comisión de Urbanismo, sin que el equipo de Gobierno hubiera atendido la solicitud hasta el momento.
La semana pasada, la iniciativa vecinal surgida en el barrio por esta problemática envió a los 4 grupos municipales el mismo requerimiento.
En la misiva los vecinos emplazaban a la Comisión de Urbanismo a visitar in situ la zona de la rotonda lo antes posible "dentro de su dinámica de trabajo y en función del calendario establecido hasta final de año".
En una fase posterior, pretenden la creación de una sesión de trabajo específica convocada desde dicha Comisión con personal político y técnico municipal.
La realidad que vive el vecindario
Que Navarra Suma haya aceptado ahora reunirse con los colectivos del barrio supone un pequeño avance y una oportunidad para que vecinos, colectivos y comerciantes del barrio expongan las necesidades diarias y den conocer la realidad que viven.
La movilización vecinal en San Jorge comenzó el mes pasado, tras conocer que el equipo de Gobierno había encargado un estudio que descartaba de antemano el posible soterramiento, la opción preferida por el vecindario para terminar con los problemas que genera la rotonda.
Desde entonces se han celebrado dos concurridas manifestaciones por las calles del barrio para reclamar un estudio sobre la rotonda que incluya el soterramiento, lo que Navarra Suma descarta por el alto coste de la intervención.
300 banderas en el barrio
Para hacer visible la protesta, en comercios y viviendas del barrio han comenzado a colgarse banderas que reclaman una solución. Ya se han instalado más de 300 de estas pancartas reivindicativas.
Los vecinos se quejan de los niveles de tráfico, ruido y contaminación que sufren.
Frente a la opción del soterramiento, el Ayuntamiento plantea mejorar la ordenación del tráfico motorizado, el calmado del mismo y la mejora de la movilidad peatonal, ciclista y del transporte urbano.
El contrato en vigor limita las futuras actuaciones y establece que las intervenciones que resulten del estudio pendiente “no deberán suponer intervenciones de elevado coste”, con actuaciones de obra civil de poco calado.
Estudio pendiente y concurso de ideas
Las únicas mejoras que contempla el Ayuntamiento pasarían por la regulación semafórica, la disposición de los carriles de circulación y de los elementos que conforman la glorieta, la señalización horizontal y vertical de la calzada y la disposición y configuración de los pasos peatonales.
Con los datos obtenidos sobre aforos, movilidad peatonal y calidad del aire, la empresa adjudicataria presentará un estudio sobre las alternativas y el efecto que éstas tendrán en el tráfico del barrio.