Solo en los dos primeros partidos de Liga, frente a Espanyol y Celta en El Sadar, Osasuna se había quedado sin anotar (0-0). Fueron dos partidos con muchos más méritos que logros, en los que quizás pasó factura el inicio de la temporada y la lógica adecuación al torneo. Ahora, en los encuentros contra Real Madrid y Sevilla, al equipo de Arrasate le ha vuelto a tocar quedarse con la portería a cero, con premio sin embargo en la cita en el Bernabéu (0-0) y castigo el sábado en el Sánchez Pizjuán (2-0).
Frente al Real Madrid, Osasuna realizó un destacado ejercicio de resistencia que taponó todas las posibilidades de gol de los hombres de Ancelotti pero, semajente trabajo, le impidió aplicarse a inquietar la portería contraria. De hecho, solo hubo un lanzamiento entre los tres palos –el firmado por Moncayola que dio en el poste– y cinco más fuera.
El sábado ante el Sevilla, el trabajo ofensivo no fue mucho más rico. Los rojillos acertaron entre los tres palos en dos oportunidades –amabas en el primer tiempo– y en cuatro ocasiones más lanzaron fuera. Con semejante bagaje ofensivo, como ocurriera en el Santiago Bernabéu, solo queda aferrarse a una tareas defensivas impolutas para lograr algo positivo, cosa que no ocurrió.
Indudablemente, las exigencias que se plantean frente a los grandes del campeonato han pasado en estos dos encuentros.
Osasuna lleva 14 goles y 15 en contra, es decir, cifras que hablan de un equilibrio casi absoluto en lo que se refiere a los afectos y desavenencias con el gol.
A la par que los rojillos se paran en estas dos jornadas en cuanto al a los logros en la portería de los rivales, Jagoba Arrasate parece que recupera definitivamente a Ante Budimir para incrementar las alternativas en su juego de ataque. El delantero croata jugó en Sevilla sus primeros minutos después de dos meses de baja por lesión y ahora el entrenador de Osasuna ya cuenta con el máximo realizador del equipo la pasada Liga –el atacante hizo 11 goles–. Todo un refuerzo.