Soy feliz y la botella siempre la veo medio llena. Me quedo con las cosas positivas porque lo negativo no te ayuda para nada". Palabras sabias y optimistas de Begoña Urresti que se convirtió en una de las grandes protagonistas ayer miércoles de los XIV Laboral Kutxa DEIA Hemendik Sariak Durangaldea. A sus 90 años, la iurretarra subió al escenario del Zornotza Aretoa apoyada en su muleta para recoger un más que merecido reconocimiento por sus 43 años dedicados a la docencia. Superviviente de la guerra, encandiló a todos los presentes con su positividad y desparpajo. "Tengo muy claro que si volviera a nacer, sería otra vez maestra. He sido tan feliz dando clase que hasta hoy es el día que cuando los chavales salen del colegio me gusta acercarme para charlas con ellos", reconoció la nonagenaria que está escribiendo un libro de poesías.
Este espíritu de hacer, desarrollar, crecer y superarse lo compartieron también el resto de premiados en la entrega de premios. La bienvenida a todos ellos corrió a cargo del director de Desarrollo de DEIA, Kike Hermosilla. "Iniciamos hace 14 años en Durango un evento que quería sobre todo contar todo lo que está sucediendo alrededor de nuestros vecinos, asociaciones e instituciones. Hemos vivido momentos duros y complicados; el año pasado en plena pandemia estuvimos solos con los invitados. Para nosotros volver a recuperar cierta normalidad hace que veamos luz y esperanza hacia el futuro", aseguró optimista el portavoz del periódico.
El primer galardonado de la noche fue la Sociedad Deportiva Amorebieta. El presidente, Jon Larrea, y Edu Gallastegi, directivo de la entidad, estrenaron paseo hasta el escenario. El motivo: los azules disputaban partido en La Liga SmartBank frente al Fuenlabrada en media hora. Y es que por primera vez en su historia, el Amorebieta ha dado el salto esta temporada al fútbol profesional. "Los inicios son complicados. Sabemos que esto es largo; nosotros a lo nuestro y seguiremos luchando", afirmó Larrea.
Del deporte colectivo a la asombrosa fuerza de la abadiñarra Silvia Trigueros. Tras convertirse el pasado mes de septiembre en la única mujer en ganar tres veces el Tor des Geants, prueba de los Alpes con un recorrido de 330 kilómetros y 24.000 metros de desnivel positivo. Preguntada por este tipo de retos, aseguró que "son como un tiovivo. Hay momentos que estás muy eufórica y otros muy abajo. Tengo muchísimas razones por las que llegar a la meta y el apoyo de mucha gente", comentó agradecida. Curioso también el motivo que le hizo escaparse a correr y adentrarse en las pruebas de montaña. "El parque se me hacía muy duro con los dos niños pequeños. Llegaba mi marido, hacíamos el cambio y me marchaba corriendo desde Muntsaratz hasta Urkiola", reconoció entre risas la deportista abadiñarra. Otra mujer deportista que desprendió fuerza y vitalidad en el escenario fue Karmele Gisasola. En la plaza Zelai III, la mallabiarra se ha convertido en una de las grandes del deporte rural vasco, aunque el camino no ha sido sencillo. "Nos lo han puesto duro porque hasta hace poco no había mujeres en la plaza y no teníamos referentes para poder practicar. Por este motivo quiero agradecer a DEIA el hecho de acordarse de las mujeres deportistas", dijo orgullosa la actual campeona de Euskadi de levantamiento de piedra y de yunque que competirá este fin de semana en Mungia.
De la plaza al frontón. Y es que ayer martes también hubo aplausos para el berriztarra Ibai Zabala y sus 13 campañas en la élite manomanista. El zaguero no pudo acudir a la gala, pero sí sus padres. "Este homenaje también es para ellos", explicó Zabala agradecido en su vídeo que daba paso al galardón. Ya en el escenario, su aita Santiago explicó que "hemos hecho el papel de padres; consolar en los momentos duros y disfrutar en los buenos".
La noche iba sobre ruedas y tuvo que subirse al escenario Ander Azpitarte. Y es que la bicicleta es protagonista en Garai gracias a su afición a este deporte. Fundador de Garaiko Triatloi Taldea señaló que "este premio es para la cuadrilla; ese grupo de amigos a los que nos apasiona la bicicleta y organizamos diferentes pruebas". Azpitarte se mostró agradecido y adelantó que el 27 de noviembre "esperamos unos 300 participantes en el ciclocros".
En la gala también hubo sitio para los superhéroes. El durangarra Mauri Imaz, Turkiolo, en su reto de concienciación ciudadana, acaba de completar un año entero subiendo cada día a Urkiola en bicicleta para fomentar la donación de médula. "No quiero volver a coger la bicicleta. Ha sido un año extremadamente duro mentalmente, pero no puedes cambiar el mundo si no puedes cambiar tu pueblo", aseguró satisfecho.
En el apartado cultural, las integrantes de la coral de Zaldibar se mostraron esperanzadas de poder celebrar el 75 aniversario de la entidad. "Desde la pandemia no nos juntábamos y el premio de DEIA nos ha hecho reunirnos el pasado martes para ensayar", reconocieron agradecidas y lamentando la falta de relevo generacional que continúe juntando a las mejores voces de la localidad.
los premios
01. Mauri Imaz 'Turkiolo' con Mireia Elkoroiribe.
02. Erramun Osa, Ander Azpitarte y Jorge Echevarria.
03. Etor Gorroño y Karmele Gisasola.
04. Kike Hermosilla y Santiago Zabala, padre de Ibai Zabala.
05. Los ocho premiados posan para la foto de familia al final del acto.
06. Miker Garaizabal, Silvia Trigueros y Janire Bijueska.
07. Andoni Agirrebeitia y Ainara Gerrikaetxebarria con Edu Gallastegi y Jon Larrea de la SD Amorebieta.
08. Estibaliz Maortua, Blanca Onandia y Esther Hernández, representantes de Zaldibarko Korala con Juan Mari Uriarte.
09. Lorea Bilbao, Begoña Urresti e Iñaki Totorikaguena.
Silvia Trigueros empezó con las pruebas de montaña porque tras estar con sus hijos en el parque se marchaba corriendo a Urkiola
Karmele Gisasola agradeció a DEIA "el hecho de acordarse de las mujeres deportistas", tras reconocer que el camino ha sido "duro"