A Jorge Javier Vázquez el nuevo código ético de Mediaset le prohíbe lanzar opiniones políticas en Sálvame, pero mantiene la tribuna de su columna semanal en la revista en la que colabora, en la que ha estallado contra Alaska y Mario Vaquerizo. “Este es el post que más me va a costar escribir desde que estoy en Lecturas por lo que han significado en mi vida sus protagonistas: Alaska y Mario”, comienza su texto. La gota que ha colmado el vaso han sido las declaraciones del líder de Nancys Rubias hace unos días en el programa Déjate querer, que presenta Paz Padilla en Telecinco.
Allí, Vaquerizo aseguró que practica la “autocensura para no tener que estar dando explicaciones” porque, según él, ya no hay libertad de expresión. “Durante mucho tiempo yo oía que habíamos pasado por una dictadura en la que no se nos dejaba mostrarnos tal y como éramos, en la que había prejuicios. Por llevar el pelo largo te podían meter en la cárcel. Vengo de una familia que ha vivido la dictadura y yo, ahora, me siento identificado con mis abuelos. No puedes decir lo que piensas. Aparentemente habíamos avanzado”.
Ya no le había gustado nada a Jorge Javier (y a muchísima gente) la presencia de Vaquerizo en un reciente anuncio turístico de la Comunidad de Madrid y ahora ha decidido dedicarle a él (le habla directamente a él) su última columna, titulada Alaska y Mario, la gran decepción. “¿Crees que no podemos decir lo que pensamos? Entonces parece que escuchas poco a tu mujer compartiendo micrófono con un ser (se refiere a Federico Jiménez Losantos, con quien Alaska colabora en esRadio) cuya única virtud conocida es vomitar falsedades e imputar falsos delitos con la misma facilidad que se dictan los números del euromillón”.
El presentador de Sálvame no comprende la actitud de una pareja que se supone que defiende los intereses de la comunidad de LGTBI pero que colabora con personas que atacan sus derechos. “A mí, como a tantísimos otros, nos duele ver a Alaska metida en ese círculo. Un dolor que linda incluso con el desencanto. Mario, quizás la gente esté empezando a arrugar el morro ante algunas de tus últimas salidas de patas de banco. Porque, quizás, esta gente que llevamos jaleándote incondicionalmente desde hace la tira de años estamos hartos de que compadrees de una manera tan descarada con representantes de un partido que se opone a la consecución de derechos y libertades que tengan que ver con las mujeres y el colectivo LGTBI+: aborto, matrimonio, trans”.
También critica que Vaquerizo “compadree” con la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, a quien Jorge Javier suele lanzar bastantes dardos. “Mira Mario: me duele en el alma verte comiéndote a besos con una señora que manifestó en los micrófonos donde colabora Alaska que era una pesadez que la semana del Orgullo durara todo un mes, cuando precisamente gran parte de la gente que os adora tanto a ti como a tu señora pertenece al colectivo. Una señora que hace bromas de dudoso gusto sobre la ley trans, que es lo mismo que decir que se está riendo en toda la cara de las coristas que ha llevado Fangoria en sus giras. Una señora que califica el aborto de asesinato, una señora a la que le gustas porque estás casado con una mujer pero que sería poco probable que te hubiera contratado para promocionar la comunidad que preside si fueras gay”.
A partir de ahí afirma que ya no ha podido contenerse. “Me he quedado sin argumentos para defenderte (…). Desengañémonos, Mario. No se puede estar a todo. A casi todo sí, pero abrazando a unas personas que desprecian a los que sienten como yo, no. Por ahí no paso porque no me da la gana. Porque ni quiero ni debo permitírmelo. Y porque si esto está a punto de parecerse a una dictadura es porque la señora presidenta y sus compañeros promueven una moral muy cercana a esa época que criticaste en Déjate querer”.
Jorge Javier Vázquez, que afirma que cuando cursaba BUP llevaba su carpeta forrada con fotos de Alaska, confiesa la enorme decepción que se ha llevado con la cantante. “Ya no encuentro motivo al que agarrarme para entender que Alaska trabaje con uno de los mayores propagadores del odio de este país. Esta Alaska no tiene nada que ver con la Alaska que yo amé. Porque cada vez que Alaska le ríe a ese alguna gracia o permanece callada ante algunos de sus desatinos muchos de sus seguidores recibimos una hostia de realidad y nos preguntamos desolados: 'Cariño, ¿cómo pudiste hacerme esto a mí? Yo, que te hubiese querido hasta el fin”.
Y termina mandándoles un mensaje ahora que se acercan elecciones. “Tanto a ti como a Alaska os va muy bien la vida. Podéis votar a quien os dé la gana, faltaría más. Pero piensa también que la libertad está muy bien cuando la pueden ejercer todos. Y mucha de esa gente a la que abrazas parece no tener muy claro ese concepto ni hartos de cañas. Solo la entienden cuando está diseñada por y para ellos. Vuestro afectísimo, pero menos”, termina.