Tras la bofetada recibida anoche por el Baskonia en la Euroliga, prosigue la semana europea. Bilbao Basket se encuentra en Polonia, velando armas en Wloclawek, ciudad de algo más de cien mil habitantes al oeste de Varsovia que está situada en el mapamundi deportivo gracias a su equipo de baloncesto, que se adjudicara esta FIBA Europe Cup la pasada temporada. No puede existir, por tanto, desafío más mayúsculo para los hombres de negro en el estreno de la competición continental que le faltaba tras haber deambulado ya por las otras tres.
El Hala Mistrzow, con capacidad para 4.200 espectadores, es el histórico escenario que sirve esta tarde (19 horas) como punto de arranque a un torneo para muchos desconocido, compuesto por equipos nutridos básicamente por exjugadores de la NBA que tienen su nivel. Tampoco es que suene, o sonaba en el momento del sorteo, gran cosa este primer rival en el camino de los bilbaínos, que también se cruzarán en este grupo de la primera fase con el Sibiu rumano y el Caledonia Gladiators escocés.
Aparentemente la lógica indica que Bilbao debería acceder a la siguiente ronda siempre y cuando consiga dar con el siempre complicado equilibrio de competir e intentar llegar lejos sin perder la perspectiva de que lo que realmente importa es la competición doméstica, por lo que la dosificación de minutos se hará necesaria en estos seis partidos un miércoles tras otro.
Jaume Ponsarnau se ha visto obligado a hacer el descarte de Georgios Tsalmpouris para respetar el espíritu de esta Europe Cup en lo que a jugadores de formación concierne, teniendo que haber en acta hasta cinco. Unai Barandalla entra en el roster y los planes del entrenador catalán.
Enfrente estará un bloque bien cimentado, invicto líder de la liga de su país tras cuatro jornadas y con sus integrantes que recuerdan con agrado la final jugada hace medio año ante el Cholet francés, al que le ganaron los dos duelos. Por ello, la pretensión es la de intentar repetir éxito, algo que hasta ahora nadie ha sido capaz de hacerlo en las ocho ediciones disputadas.
Dirigido por Przemyslaw Frasunkiewicz, en cancha el Amwil destaca colectivamente y también gracias a las brillantes apariciones de elementos como Victor Sanders en la organización, que promedia casi 20 puntos y más de cinco asistencias, Luke Petrasek y sus 17 puntos en el perímetro, y Kalif Young, intimidador en los aros con más de ocho rebotes.
Ponsarnau: "Máxima exigencia en la pista del más fuerte del grupo"
Queriendo aprovechar el viento de cara que el sábado dejó el triunfo sobre el Granada, Ponsarnau remarca dificultades para este debut europeo al estar "sin capacidad de adaptación y con máxima exigencia probablemente es el rival más fuerte del grupo y en su pista. Les ves jugar y juegan muy bien, con un sentido táctico difícil de parar".
El técnico de Tárrega hace además especial hincapié en que "sin ser extraordinariamente rápidos corren muy bien al contraataque, agresivos y competitivos. Sus posiciones 2 y 3 son físicas, y tiene buen equilibrio entre el triple y la capacidad de penetrar. Tenemos que estar muy puestos y adaptarnos a la competición con una filosofía arbitral diferente".