Estas fechas están siendo especialmente complejas para la diáspora ucraniana que reside en Bizkaia. Las casi 800 personas que recalaron en el territorio histórico huyendo de la guerra, al ver cómo sus habitantes se reúnen con sus familias en copiosas comidas y cenas, no pueden evitar recordar que las suyas. Precisamente por ello, la DYA y UkraniaSOS han celebrado este lunes una fiesta navideña para los niños y las niñas que continúan refugiándose en Bizkaia.
“Nuestro objetivo este día es que se lo pasen lo mejor posible, además de trasladar a todos ellos felicidad y, por supuesto apoyo”, dijo Santiago Gonzalo, presidente de la entidad. Mientras, la sede de la organización iba llenándose con las cerca de 40 familias que acudieron. La sala en la que se acomodaron estaba a rebosar de dulces, chocolate caliente y regalos.
“ Estas navidades están siendo difíciles, trsites para muchos ucranianos ”
Alona Kalyuzhna - Voluntaria de UkraniaSOS
En la puerta, con una diadema de remos, Alona Kalyuzhna estuvo dándoles la bienvenida. “Son sus primeras fiestas aquí y esperamos que las disfruten de corazón, aunque hay algunos que dicen estar un poco asustados”, reconoció la voluntaria de UkraniaSOS. Al igual que las personas a las que lleva acogiendo y apoyando desde el inicio de la contienda, es ucraniana. Lleva 21 años residiendo en Bizkaia y, por ello, se encarga de tender puentes entre la comunidad local y las personas refugiadas, a quienes conoce bien. “Estas navidades están siendo difíciles, tristes. Las mujeres que están aquí hoy con sus hijos están lejos de sus maridos. Las noticias que reciben tampoco les tranquiliza mucho", explicó. Y es que, al inicio de la guerra, mientras ellos se vieron en la tesitura de tener que coger un fusil para hacer frente a las tropas rusas, ellas iniciaron un periplo que les llevó a traspasar varias fronteras para poner a su familia a salvo.
Ausencias dolorosas
“ Estoy seguro de que me van a dar muchos regalos, aquí las personas son buenas ”
Kiriel Kovalenko - Niño refugiado en Bizkaia
A sus ocho años, Kiriel Kovalenko es uno de los muchos niños que, por primera vez, están viviendo unas navidades atípicas, lejos de su país y de su padre. “Le echo mucho de menos”, confesó. Pese a ello afirmó estar muy feliz y agradecido por la fiesta. “Estoy seguro que me van a dar muchos regalos, aquí las personas son muy buenas”. María Borisova, de 7 años, también dijo tener muchas ganas de ver qué le iba a deparar el evento. Tímida, se escondió en el regazo de su madre, quien explicó que llevan cerca de ocho meses residiendo en el hogar de una familia vizcaina. “En ese sentido, estamos muy felices. Estamos celebrando todos juntos las navidades de aquí y de allí. San Nicolás, Olentzero… Y, en unos días, año nuevo.”, expuso. Asimismo, quiso subrayar lo agradecidas que se sienten ella y María por la mano que les ha tendido las personas con las que viven. “Siento que, gracias a ellos, estamos viviendo las navidades en familia”, aseguró.
La magia de la ilusión
“ Nuestro objetivo este día es que los niños lo pasen bien y disfruten de la fiesta ”
Santiago Gonzalo - Presidente de DYA Bizkaia
Tras cerca de media hora de espera, el evento organizado por la DYA comenzó con la actuación del Mago Oliver y de la Maga Liuba. Santiago Gonzalo, presidente de la organización sin ánimo de lucro, aseguró que ambos se implicaron en el proyecto desde el primer momento. Liuba, además, es un artista de origen ucraniano. Lleva residiendo en la márgen izquierda desde 2014. “En ese momento las cosas entre Rusia y Ucrania empezaron a ponerse feas, comenzó una especie de guerra silenciosa en el Donbás”, aseguró.
Asimismo, afirmó que para ella “todas las actuaciones son especiales”, pero ésta, por sus características, lo fue aún más. “Espero poder alegrarles un poquito y arrebatarles algo de tristeza para que sigan teniendo ilusión, para que sigan soñando. Todo es posible”, añadió.
El espectáculo de magia estuvo definido por las palabras de Liuba. A lo largo de este ambos artistas hicieron constantes guiños al poder de la magia y al de la ilusión. “Algo que nadie os podrá arrebatar”, dijo Olvier en uno de sus números. Después, llegó el momento de desenvolver los regalos y de recibir una visita especial, la de Olentzero y San Nicolás, quienes accedieron a trabajar fuera de su horario habitual.
Los niños se asomaron con curiosidad a los enormes sacos que portaban ambos personajes navideños. Uno a uno, fueron recibiendo sus presentes. Así transcurrió la jornada organizada por la DYA en colaboración con UkraniaSOS.