La eficiencia de los edificios es también una parte fundamental de la estrategia energética europea para los próximos años. Como muestra de ello, el pasado 31 de enero los representantes permanentes ante la UE ratificaron el acuerdo que la Presidencia y el Parlamento Europeo habían alcanzado a finales de 2017 en relación a la eficiencia energética de los edificios.
En España, tan sólo un 16% de los edificios son eficientes desde el punto de vista energético, según un estudio de la EuroACE, alianza de compañías por la eficiencia energética en los edificios, actualmente responsables del 31% del consumo de energía.
El objetivo de la nueva Directiva es impulsar la renovación de los edificios y avanzar así hacia la descarbonización del parque inmobiliario europeo. Entre las medidas concretas que incluye están la creación de un indicador de inteligencia para los edificios, la simplificación de las inspecciones de los sistemas de calefacción y aire acondicionado y el fomento del transporte sostenible mediante la creación de plazas de aparcamiento para vehículos eléctricos.
Pero además, la rehabilitación energética está también muy relacionada con la salud. De hecho, la OMS atribuye un 30% de la mortalidad adicional en invierno a las condiciones inadecuadas de las viviendas, un porcentaje que, en el caso del Estado español, puede suponer al año la muerte más de 800 personas durante el invierno, una cifra que aumentará en los próximos años mientras el cambio climático avanza y la población envejece cada vez más.
Modelo 100% eficiente
Edificar bajo criterios de sostenibilidad es uno retos más ambiciosos a los que se enfrenta el sector de la construcción. En la actualidad, los edificios son responsables del 40% del consumo energético de la UE y del 36% de las emisiones de gases de efecto invernadero, generadas principalmente durante su construcción, utilización, renovación y demolición. Y en este escenario, aproximadamente el 75% del parque inmobiliario de la UE es ineficiente desde el punto de vista energético. Eso significa que gran parte de la energía consumida se malgasta. Sin embargo, las pérdidas de energía pueden minimizarse mejorando los edificios ya existentes y apostando por soluciones inteligentes y materiales eficientes desde el punto de vista energético para las nuevas construcciones. En el caso de la renovación de los edificios ya en uso, podría reducir el consumo total de energía de la UE en un 5-6% y rebajar un 5%, aproximadamente, las emisiones de dióxido de carbono.